Altos funcionarios de la ONU dijeron este viernes a la Asamblea General del organismo que el próximo año se perfila como uno de una catástrofe humanitaria y que los países ricos no deben pasar a llevar a los pobres en su “estampida por las vacunas” para combatir la pandemia de coronavirus.
El jefe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, y el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, hablaron durante una reunión especial sobre la COVID-19, virus que surgió en China a finales del año pasado y que hasta ahora ha infectado a 65 millones de personas en todo el mundo.
Naciones Unidas dijo a inicios de esta semana que la pandemia, las medidas adoptadas por los países para tratar de detener su propagación y el impacto económico, han provocado un aumento del 40% del número de personas que necesitan ayuda humanitaria.
El organismo también hizo un llamado a que se destinen 35.000 millones de dólares a la financiación de la asistencia.
“El 2021 va a ser literalmente catastrófico sobre la base de lo que estamos viendo en este momento”, dijo Beasley, quien añadió que en una docena de países el hambre está “tocando la puerta”.
El funcionario dijo que el 2021 probablemente será “el peor año de crisis humanitaria desde el comienzo de Naciones Unidas” hace 75 años y “no vamos a ser capaces de financiar todo (…) así que tenemos que dar prioridad, como digo, a los icebergs frente al Titanic”.
Tedros pidió una inyección inmediata de 4.300 millones de dólares para un programa mundial que permita compartir las vacunas.