La organización Convite publicó su informe sobre la muerte violenta de 185 adultos mayores, hechos registrados durante el primer semestre de este 2020.
De este total de muertes el 44% fueron clasificadas como muertes violentas por causas específicas, es decir, fueron víctimas de hechos atribuibles al crimen común, siendo el principal motivo el robo, que constituyó un 28% de las muertes violentas de personas mayores registradas durante este período.
Por otro lado, durante estos seis meses, se registraron 31 muertes violentas por descuido, negligencia e impericia esto representa un 17% de las muertes, en las cuales la causa más frecuente fue el arrollamiento Asimismo, 33 del total de las muertes violentas son atribuibles a la responsabilidad directa del Estado, lo que señala que estas personas fallecieron a causa de tratos crueles, inanición o por falta de atención, mientras que el 21% se debe a otros tipos de muerte violenta.
La mayoría de las víctimas son hombres, y es que las mujeres están en menor cantidad expuestas a la violencia. Según la información de esta organización, 144 de las muertes violentas fueron hombres y el 22% fue contra mujeres.
El 62% (115) de las personas mayores que murieron en forma violenta durante el primer semestre del año 2020, tenía entre 60 y 70 años. Seguida de las personas mayores en el rango de edad comprendido entre 71 y 80 años (24%). Hubo 10 mujeres entre 55 y 59
años (5,4%) que perdieron la vida de forma violenta.
Desde Convite reseñaron el caso de Orfa Elena Moreno Rodríguez de 77 años, quien se encontraba en su vivienda cuando varios sujetos entraron por el techo con la intención de robar. Orfa Elena al escuchar ruidos se levantó para averiguar lo que ocurría y los delincuentes la amordazaron y le ataron las manos. Falleció de un infarto causado por el estrés del asalto.
Suicidios y accidentes
Los adultos mayores también fallecieron a causa de otros tipos de muertes violentas, lo que se traduce en 44 víctimas accidentes o suicidios.
De acuerdo con el informe que recaba información de enero a junio, en el país se registraron arrollamientos que causaron la muerte de 26 personas de la tercera edad, mientras que los accidentes laborales, domésticos u otros, marcaron un 14% del total de las muertes. Resalta la muertes de 13 personas tras caerse desde árboles, buscar leña o electrocutados reparando algún aparato.
La crisis que se vive en el país se agudizó este 2020 con la llegada de la pandemia generada por la covid-19, que marcó la pauta en el mundo entero y obligó a miles de personas a confinarse en sus hogares. En Venezuela, cientos de adultos mayores han quedado en sus viviendas solos, esto debido a la emigración forzada de sus familiares, que han salido del país huyendo de la emergencia humanitaria compleja, la crisis política y económica.
Hoy en el país las personas de la tercera edad están condenada a percibir ingresos muy por debajo de lo necesario para cubrir sus gastos médicos, de alimentación o incluso costear los gastos por cuidados que llegasen a necesitar. La pensión es de apenas 1.200.000 bolívares, según un aumento de facto que se implementó si anuncio por parte de la administración de Nicolás Maduro.
Según Convite, durante estos primeros seis meses del años al menos 14 adultos mayores se suicidaron, se trataría de 11 hombres y tres mujeres, que decidieron poner fin a su vida.
Familiares y conocidos, los mayores victimarios
Según este monitoreo de Convite, el estado más violento para los adultos mayores fue Aragua, donde se registraron 24 del total de las muertes, le siguió Zulia con 19, el Área Metropolitana de Caracas con 19, Bolívar con 14 muertes, Carabobo y Trujillo con 13 y Miranda y Lara con 12.
Solo en el 27% de los casos registraron por esta organización se identificó, capturó e imputó a los responsables de estos hechos de violencia. De entre estos, 26 responsables de estas muertes tenían alguna conexión, relación o parentesco directo con las víctimas. La gran mayoría de estos homicidios permanecen impunes.
De esta forma, se profundiza la situación de violencia y se viola el derecho a la justicia para las familias de las víctimas. Entre los victimarios identificados que tenían algún tipo de relación directa o parentesco con las víctimas están familiares directos, vecinos, amigos y parejas.
11,5% de las muertes violentas de adultos mayores fueron perpetradas por los propios hijos de las víctimas, en el 23,1% de los casos se trató de sus propios esposos o pareja sentimental, y 46,2% de estos actos de criminalidad se llevaron a cabo por vecinos, amigos o conocidos.
Entre los casos encontramos el de Celestino Ávila Díaz de 62 años, quien fue asesinado a machetazos por su nieta y la pareja de esta, en medio de una discusión porque la nieta quería ser la propietaria de la vivienda de la víctima.
En estos crímenes el móvil principal fue el robo y otros sucedieron en medio de discusiones y riñas. Estas muertes violentas ponen en evidencia el deterioro del tejido familiar, social y de convivencia que se exacerba en una situación de crisis económica aguda y privaciones de todo tipo y la cuarentena debido a la pandemia intensifica esta situación.
Por su parte, la violencia de género que tomó fuerza durante este tiempo de confinamiento, muchas mujeres fallecieron en manos de sus parejas, con quienes se les obligó de manera indirecta a confinarse y permanecer aislados con el agresor.
En El Salado, estado Nueva Esparta, Michael Karl Reinhold, de nacionalidad alemana, asesinó a su mujer Bruhnke Enrike Gertrud, de 61 años sofocándolo y luego la enterró en el patio de su casa porque esta le cuestionó alguna decisión.
El informe sobre monitoreo de feminicios realizado por el centro de Justicia y Paz (Cepaz 2020), durante el 14 de abril al 13 de junio, muestra que el 20,8 de estos casos las víctimas estaban en edades comprendidas entre 60 a 71 años.
Guárico y Apure fueron los estados menos violentos para las personas de la tercera edad, seguido de Sucre, Portuguesa, Nueva Esparta y Delta Amacuro.
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