Hace varios años traté este tema del Rapto Secreto en las prestigiosas páginas IMPRESAS del Decano de la Prensa Nacional. El Diario EL IMPULSO, a instancia de un amigo internauta llamado David, quien me preguntó sobre ello. Lo cual me alegró mucho, por cuanto me ha permitido reflexionar sobre este interesante y determinante tópico bíblico, crecer en mi vida espiritual. Y exaltar el NOMBRE de DIOS públicamente
Y con el debido respeto para aquellos que creen en este acontecimiento le dí mi humilde opinión. Le dije. Las distintas academias e instituciones especializadas en lengua. Así como también aquellas quienes manejan la terminología jurídica, coinciden en definir el rapto como el delito en el cual se sustrae o retiene a una persona por medio de la fuerza, intimidación o fraude. La acción típica es sustraer o retener, la sustracción significa sacar a la víctima de un lugar para ponerla en otro contra su voluntad y la retención implica la imposibilidad de desplazamiento fuera del ámbito en que se la coloca. El delito de rapto se consuma con la sustracción y la retención.
Le he dicho a David, que ya, la misma definición, invalida la supuesta acción de Dios raptar a los salvos antes de su Segunda Venida. Muy lejos está el propósito de Dios hacer eso con los redimidos, como lo predican algunos cristianos. Es absurdo pensar que el Altísimo va a hacer algo escondido, en secreto, que está tipificado como delito.
Definitivamente es una de las grandes tergiversaciones de la Palabra sagrada, en donde involucran de manera equivocada la acción de nuestro Dios que es de orden perfecto. Como lo podemos constatar en la Creación del universo y la raza humana. A parte de que no tiene ninguna consistencia bíblica.
El vocablo latino está relacionado etimológicamente con el griego “harpázo”. Entre sus diferentes usos en el Nuevo Testamento, “harpázo” designa la obra del Espíritu Santo al trasladar a una persona en forma sobrenatural de un lugar a otro (Hechos 8:39; 2 Corintios 12:2-4). No a desaparecer y llevárselo individualmente para el cielo antes de su venida, como lo indica la doctrina equivocada. Y menos en secreto. Ojo, el apóstol Pablo usa ese mismo verbo para referirse a la forma en que el pueblo de Dios se unirá con el Señor: “Seremos arrebatados” (1 Tesalonicenses 4:17). En un momento especifico, los santos serán “arrebatados” de la tierra para encontrarse con el Señor. Pero será una acción simultánea en el momento de su Segunda Venida. No antes y menos a escondidas. La verdad no entiendo como estos hermanos que dicen estudiar la Biblia, no puedan ver una cosa que es tan obvia. «Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hallamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor» (1 Tes. 4: 16, 17) ¿Qué interpretación puede tener esto?
¡Hasta la semana que viene por la WEB Dios mediante!
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William Amaro Gutiérrez