Este año tu veneración será distinta. Por primera vez en 271 años no tuviste la oportunidad de escuchar a tu pueblo que canta, sufre, ama y ora. Sin embargo, hoy desde nuestros hogares queremos elevar nuestros corazones y pedirte por la sanación física y espiritual de todos los venezolanos.
¡Reina Morena! Purifica nuestras almas. Saca de ella cualquier odio, rencor y deseo de venganza que nos hacen sufrir. Sabemos que tu amor nos hace felices y nos da fuerzas para vencer y no desfallecer ante las dificultades que atravesamos como país. Confiamos en tu amor infinito.
¡Virgen de chiquinquirá! tú pueblo está inquieto, desesperanzado y angustiado por tanta calamidades. Quiero pedirte una vez más que sea la intercepción ante Jesús para que tus hijos puedan vencer el agotamiento, el desánimo y todo lo que significa vivir en Venezuela en este momento.
Madre, ¡Óyenos! Los venezolanos queremos tener intimidad con Dios para que en su misericordia nos de refugio, socorro, provisión, descanso y alimento para nuestro espíritu.
Chinita, virgen divina, sana a todos los que están contagiados por este terrible virus. Protege al personal sanitario que cuida a todos los enfermos Que tu preciosa imagen sea muestra de defensa y salvación. Que tu gracia transforme el mal de esta enfermedad en momentos de consolación, crecimiento en la fe y esperanza.
Hoy, en tu día, danos a todos los ciudadanos de este país, la capacidad de construir la convivencia fraterna, amando a todos sin excluir a nadie, solidarizándonos con los más vulnerable y trabajando por la reconciliación para que pronto con tu luz, amor y rectitud veamos a este país bendecido.