Toda ciudad guarda en su seno estructuras que la definen y se convierten en íconos con los que trascienden la memoria de generaciones enteras. En Barquisimeto, algunos de estos no solo se situaron en este nivel de importancia, sino que progresivamente han caído al último escalafón de prioridad para las autoridades; hablamos de las Torres de El Sisal, la Catedral Metropolitana de Barquisimeto y el Monumento al Sol Naciente, los cuales actualmente representan un monumento a la desidia.
Por el tiempo que llevan en pie, las torres de El Sisal ya son parte de la memoria histórica de una generación entera en Barquisimeto. Este, un proyecto urbanístico que prometió viviendas para al menos 800 familias, comenzó a construirse hace 44 años y desde hace 41 está paralizada por fallas estructurales.
Desde entonces se han convertido en un misterioso lugar donde extraoficialmente se han suicidado 50 personas, se han cometido docenas de delitos y abunda la indigencia. Aún así los gobernantes que han pasado por el estado durante 4 décadas, no han logrado poner fin a esta situación bien sea rehabilitándolas o demoliéndolas.
Monumento católico en decadencia
La Catedral de Barquisimeto, construida entre los años 1953 y 1968 fue considerada una de las obras arquitectónicas más imponentes en América Latina durante la década de 1960. Es una de las referencias de nuestra ciudad y año tras año recibe la tercera manifestación mariana más importante del mundo como es la procesión de la Divina Pastora.
Además es un monumento de atractivo turístico en la ciudad crepuscular. Pero ni todos esos títulos la han hecho merecedora del cuidado constante e ininterrumpido por parte de las autoridades locales.
Actualmente, como ya se ha exhibido en repetidas ocasiones durante el año, ostenta suciedad, monte, estructuras caídas, numerosos vidrios rotos y evidente descuido.
Cromoestructura olvidada
El Monumento al Sol Naciente, una Cromoestructura Radial del Maestro del arte cinético Carlos Cruz-Diez, y considerada una de sus favoritas en el mundo, fue construida con dificultades entre 1982 y 1987.
Muchas cosas se han dicho sobre los materiales con que se construyó este monumento y por los que actualmente, aunado a la falta del debido mantenimiento, la obra de arte exhibe su más deplorable estado. Atestada de corrosión esta estructura amenaza con sucumbir a los embates de la naturaleza, el vandalismo y la falta de la debida atención oficial.
Actualmente no existe uno de los 32 paneles de hierro que esté liso y sin una muestra de corrosión, sin mencionar sus bases y alrededores que constantemente están llenos de monte o en total sequía.
En este estado se encuentran estos íconos de Barquisimeto que mundialmente son referencia de la ciudad crepuscular; sin embargo ahora, convertidos en monumentos a la desidia, ostentan la fachada del descuido oficial.