La vida es un regalo que se celebra cada día. Para el cristiano, el sentido de la vida sólo puede girar en torno a la mirada de Cristo. Bien lo dijo la Madre Teresa de Calcuta; “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”. Y es que la vida de Monseñor Tulio Manuel Chirivella se ha basado en eso, servir al prójimo.
Este sábado 14 de noviembre Monseñor Tulio Manuel arribó a los 88 años de los cuales 64 los dedicó por completo a la vida religiosa.
A pesar de los años y los quebrantos de salud, Monseñor sigue rezando desde los Estados Unidos por todos los venezolanos y en especial por los barquisimetanos, quienes lo recibieron desde el año 1982 cuando fue nombrado Arzobispo de Barquisimeto, cargo que ocupó hasta el año 2007.
Un firme defensor de los derechos humanos y de la democracia. Siempre presto a escuchar y ayudar a todo el que se acercaba a la Av. Los Abogados en donde residía mientras vivió en Barquisimeto, la ciudad que lo recibió y en donde trabajó por los más necesitados.
Chirivella fue fundador del Seminario Juan Pablo II ubicado en El Manzano.
El 14 de noviembre de 1932 en Aguirre, estado Carabobo, nació Tulio Manuel Chirivella.
De acuerdo con datos aportados por la Conferencia Episcopal, este hombre de Dios es hijo de don Manuel Antonio Chirivella Mendoza, carpintero y sastre; y doña Rita Amelia Granadillo de Chirivella.
“Ingresó al seminario de Valencia con apenas 13 años, el 8 de septiembre de 1945. “Más tarde, en 1950, fue enviado junto a dos compañeros (que al poco tiempo desisten), al Pontificio Colegio Pío-Latinoamericano de Roma. Allí permaneció seis largos años. El 11 de noviembre de 1956, con 24 años de edad, fue ordenado Sacerdote en la Catedral de Valencia”.
Escogió como lema sacerdotal “Me gastaré y desgastaré para la Gloria de Dios”. Y así fue, durante toda la carrera sacerdotal, llevado la Palabra de Dios dando testimonio de su amor y misericordia.
Desde esta casa editorial enviamos saludos y felicitaciones a Monseñor Turlio Manuel Chirivella en nombre de la ciudad de Barquisimeto.