Poseedor de un cuerpo de color rojo brillante, que se intensifica en un plumaje uniforme mientras va envejeciendo, El Corocoro da colorido a la sabana venezolana.
Al igual que los flamencos, su color rojo proviene de pigmentos que tienen los crustáceos de los cuales se alimenta. Cuando joven, su color es una mezcla de marrón, gris y blanco. El cambio de color comienza con la segunda muda, alrededor del tiempo en que comienza a volar.
Aunque puede ser observado la mayor parte del tiempo en tierra, es un gran volador y se mueve en bandadas. Su vuelo es potente y grácil, desplazándose con el cuello y las patas extendidos.
Es un ave sociable y gregaria, con un comportamiento comunitario en la búsqueda de alimentos y la protección de los jóvenes. Vive en bandadas de treinta o más ejemplares.
Habita en lagunas, manglares, pantanos, campos inundados e incluso en cultivos de arroz.
En época de reproducción se reúnen en grandes colonias junto a otras especies de aves como garzas y otras especies de ibis.
Son migratorias y se desplazan de una región a otra en busca de mejores lugares para su alimentación y reproducción.