La ONG World Visión informó que durante la pandemia por COVID-19, la cantidad de niños venezolanos que empezaron a trabajar aumentó un 20%, y que de esa población infantil que actualmente se encuentra laborando, 19% se dedica a ventas ambulantes, 26% al trabajo doméstico, 15% a la venta de drogas (los obligan a hacerlo), y 28% a la mendicidad.
Según reseña el más reciente informe emitido por la organización, Riesgos de protección que enfrenta la niñez venezolana durante la pandemia, las estimaciones hechas por la Organización Internacional del Trabajo y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) respecto al aumento del trabajo infantil en el mundo, que van desde un 1% hasta 3%, se quedarían cortas al aplicarlas al caso venezolano.
“En tiempos de crisis, el trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias a medida que aumenta la pobreza, las escuelas cierran, la disponibilidad de los servicios sociales disminuye y más niños podrían verse obligados a trabajar”, señala Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef.
En este documento, cuyos datos fueron recabados durante la realización de encuestas a 420 hogares venezolanos de dos grandes estados del país, Miranda y Distrito Capital, 12% de los encuestados manifestó estar al tanto de niños y niñas involucrados en trabajos que se consideran difíciles o peligrosos.
Pero los niños venezolanos no sólo son víctimas del trabajo forzado, sino también de matrimonios no consensuados, y maltrato doméstico, siendo las niñas y adolescentes la población más afectada.
También 12% de los encuestados admitió conocer a un infante que tuviese un «matrimonio» con adultos. De hecho, 49% de la población que participó en el estudio aseguró que consideraba que durante la pandemia ha habido un aumento exponencial de casos de matrimonio infantil en en el país.
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