Tras la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales anunciada el sábado por medios de comunicación, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump busca una forma digna de afrontar la derrota ya anunciada.
El presidente Donald Trump nunca admite una derrota. Pero ahora afronta una difícil decisión tras la victoria electoral del demócrata Joe Biden: admitirlo con elegancia por el bien del país, o no hacerlo, pero ser expulsado de la Casa Blanca igualmente.
Sin embargo se conoció también la tarde del sábado que La Casa Blanca manifestó que el presidente Donald Trump aceptará los resultados de una elección libre y justa.
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No obstante, antes de ese anuncio, Trump seguía insistiendo en que la batalla no había terminado. Arrojó acusaciones de fraude electoral, prometió una sucesión de procesos judiciales y publicó tuits en mayúsculas insistiendo que había “GANADO ESTAS ELECCIONES. POR MUCHO”.
No se esperaba que Trump aceptara nunca de forma oficial su derrota, según personas cercanas al mandatario, pero era probable que, aunque reacio, abandonara la Casa Blanca al final de su mandato.
Sus esfuerzos continuados por describir los comicios como injustos están considerados como un intento de aliviar el golpe a su ego y de mostrar a sus leales seguidores que sigue luchando.
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“Piensa pelear”, dijo el asesor económico de Trump, Larry Kudlow cuando empezaba a estar claro que el presidente iba a perder.
