Los últimos incrementos de salario han sido tan simbólicos, que todo indica que a la administración de Nicolás Maduro le da vergüenza aceptarlo: del escenario de gozo, emoción, de bombos y platillos con los que se anunciaban estos aumentos, cambió a tal punto que ahora todo se dice en silencio.
En los primeros días de noviembre, las redes sociales se hicieron eco de un supuesto nuevo incremento salarial para los trabajadores de la administración pública que, según, entraría en vigencia a partir del 1 de este mes, pero que las autoridades no han oficializado pese a las presiones que hay al respecto.
Esta supuesta decisión tomadas desde la Oficina Nacional de Planificación y Presupuesto (Onapre) entre gallos y medianoche, situaría el salario mínimo en apenas 2,3 dólares mensuales, según la tasa del Banco Central de Venezuela, que para la mañana de este jueves 5 de noviembre se fijaba en 518.286 bolívares.
De acuerdo a información extraoficial dada a conocer por trabajadores al servicio del Estado, el bono de alimentación quedó fijado en 1.200.000 bolívares mensuales, lo que sitúa el salario básico integral en apenas Bs. 2.400.000, monto pírrico que apenas alcanzaría par adquirir un kilo de queso duro y dos kilos de harina precocida de maíz.
De acuerdo con las estimaciones hechas por el Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas) de la Federación Venezolana de Maestros, el nuevo salario básico del trabajador venezolano alcanzaría para adquirir 2% de la canasta básica alimentaria de septiembre, cuyo costo superó ese mes los 114 millones de bolívares.
Es más: de ser cierto el monto del nuevo salario mínimo, el gobierno estaría decretando un aumento de 300% para hacer frente a una inflación que, según el propio Banco Central de Venezuela (BCV), acumuló entre enero y septiembre 492%, pero que de acuerdo con los cálculos de la Asamblea Nacional alcanzó para ese a 1.433%.
Con este nuevo ingreso, la prima por hijos, becas de estudio para los hijos de los trabajadores como para el personal, la contribución para los trabajadores con discapacidad, bonificación por el día de las madres, día del padre, día del niño, bonos navideños, de juguete, por nacimiento y ayuda por matrimonio, quedarían fijadas en 300.000 bolívares.
Es decir, un profesional grado III, el máximo nivel en las tablas salariales implementadas por el régimen de Nicolás Maduro, pasaría a ganar como máximo Bs. 3.648.000 mensual, lo que se traduce en apenas siete dólares mensuales.
«Salarios de hambre»
Pablo Zambrano secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de las Salud (Fetrasalud), denunció que de ser cierto este nuevo incremento, se estarían burlando una vez más de los trabajadores venezolanos, y es que a su juicio, con esto solo se hizo la multiplicación por tres el salario ya existente, lo que en cualquier otro país pudieses representar una alegría entre los trabajadores, sin embargo, en este caso representa más «hambre, miseria y una humillación».
«Eso es totalmente insuficiente y lo que quieren es continuar con el vicio que existe desde el año 2018 cuando se establecieron las tablas del hambre», subrayó.
Para él es importante recordar la importancia que tiene el salario mínimo, y es que es este el ingreso base que empuja el ingreso de todos los trabajadores, así como las clausulas económicas de las contrataciones colectivas, y «al pulverizar el salario mínimo ya se pulveriza todo lo demás».
Es por ello que reiteró su compromiso por lograr reivindicaciones salariales, tal como quedó evidenciado este miércoles 4 de noviembre, cuando los trabajadores de la salud salieron el protestar desde la Maternidad Concepción Palacios hasta la sede del Ministerio del Trabajo y Salud, en pleno centro de Caracas.
Siete meses con el mismo salario
Los últimos incrementos salariales han sido tan simbólicos, que todo indica que a la administración de Nicolás Maduro le da vergüenza aceptarlo: del escenario de gozo, emoción, de bombos y platillos con los que se anunciaban estos aumentos, cambió a tal punto que ahora todo se dice en silencio, con una intención de pasar casi por desapercibidos.
Así ha quedado evidenciado en los dos incrementos hechos durante lo que va de 2020, el primero el 11 de enero y que se anunció a través de una publicación en la cuenta de Twitter de el constituyente Francisco Torrealba; anuncio que se oficializó mucho después de que la nueva tabla corriera por horas entre los venezolanos, con la incertidumbre de saber si era cierta.
Algo similar pasó en mayo, con el acostumbrado aumento en el marco del día del trabajador, cuando Eduardo Piñate, ministro del Trabajo, informó a través de sus redes sociales que el salario mínimo pasaba de Bs 250.000 a Bs 400.000, mientras que el cestatickets pasaba de 200.000 bolívares a 400.000 bolívares.
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