«Yo me levanto con la alegría de ser voluntaria de Alimenta la Solidaridad. Es la mejor forma de resistir a esta crisis», así es como Coralia Olivo, una de las colaboradoras de comedores «Alimenta la Solidaridad» en Lara, resume lo que significa ser parte de este proyecto social.
Este jueves se reunieron vía zoom dos representantes de los comedores Alimena la Solidaridad en Lara, junto al coordinador regional de este programa, Daniel Antequera, y conducidos por Ricardo del Búfalo.
En el ameno encuentro no solo dibujaron sus anécdotas y la pasión con la queejecutan esta acción de dar a los niños necesitados de alimento, sino que también enviaron un mensaje de sororidad, solidaridad y empatía, a partir de la experiencia contada y vivida aún en tiempos de pandemia.
«Dar es dar. Todo el mundo puede dar», es el lema que resuena en la mente de todos los voluntarios del proyecto «Alimenta la Solidaridad«, que ya cuenta 32 comedores en Lara para atender a 2.534 niños con la entrega y pasión de 115 madres colaboradoras.
El hecho de que la mayoría sean mujeres, podría dar pie para pensar en posibles desencuentros, sin embargo Coralia Olivo, la colaboradora del sector Cruz Blanca y 23 de Enero, disipó dudas al explicar que estos encuentros para dar, han propiciado la sororidad en la comunidad, que no es más que el reconocimiento y respeto de las capacidades entre mujeres, y lograr trabajar de manera armoniosa.
Para Antonia Rodríguez, colaboradora del comedor en el sector Santo Domingo, situado al suroeste de Barquisimeto, la palabra solidaridad los ha ayudado dentro y fuera de las actividades del comedor, pues refuerza su sentido de empatía con tantos niños en cada rincón de Venezuela que requieren una mano amiga.
Contó, durante el encuentro virtual, que los integrantes de este comedor que atiende tres sectores de la comunidad, se reúnen cada 15 días para planificar las actividades y dialogar, no sin antes hacer un pequeño compartir.
«Venezuela está unida por el dolor»
Para Daniel Antequera, coordinador de este proyecto y diputado a la Asamblea Nacional, los venezolanos están unidos por el dolor, sin embargo está convencido de que Alimenta la Solidaridad transforma ese dolor en una solución que ha permitido que diferencias pequeñas o estériles se pongan de lado «cuando lo importante y lo que nos afecta a todos se trabaja con muchísimo respeto».
Para Antequera, una de las cosas más valiosas de los comedores es tejer redes en este proyecto.
«El tema de reconocerse, tomarse en cuenta, involucrarse, humanizar los esfuerzos de todos los que están haciendo cosas por el país, vale la pena rescatarlo», describió Antequera, quien asegura que en el país hay numerosas necesidades en las que cada ciudadano puede involucrarse y ayudar.
«En el país y en Alimenta la Solidaridad hay mucha gente que está haciendo cosas muy valiosas aún en este momento tan difícil», Daniel Antequera.
«Dar es dar, todo el mundo puede dar, es una forma de andar»
Antes de finalizar el encuentro vía zoom, las colaboradoras invitadas enviaron un mensaje a los venezolanos dentro y fuera de país:
Para Coralia Olivo, la única vía es dar: Nos han quitado tanto, nos han despojado de cosas tan valiosas, cosas que queremos, que la única opción es dar. Dar lo mejor de tí, formando parte de un voluntariado como este.
Antonia Rodríguez recordó la importancia de dar apoyo a los niños: En cada rincón de nuestro país hay un niño pasando necesidades o hambre. Recordemos que dar es apoyar a cada uno de esos niños, es afrontar la necesidad que esos niños están pasando. Los esperamos y esperamos dar y seguir dando por el bienestar de todos esos niños.
Para concluir, Roberto Patiño, fundador de Alimenta la Solidaridad y activista de este proyecto en Petare, Distrito Capital, resaltó que a través de la página web alimentalasolidaridad.org se puede conocer más sobre el proyecto e incluso colaborar desde cualquier parte del mundo.
No obstante apostó por contar la historia de este proyecto y comenzar a tejer redes.
