Nunca antes se había presentado unas elecciones presidenciales tan controversiales en los Estados Unidos como las de ahora, afirma el politólogo y profesor universitario Santiago Andrés Rodríguez, especialista en política internacional.
Hay hechos que destacar, como la presunta manipulación de algunas cadenas de televisión de aquel país, que indudablemente tenían la intención de influir en la decisión de los electores, dijo el especialista.
Hasta el último momento del proceso electoral, las dos candidaturas se mantuvieron muy reñidas, ya que no se registró una clara ventaja de una sobre la otra.
Y lo que más llama la atención es la posibilidad de que haya actuación de la Corte Suprema de Justicia, ya que se rumora la presentación de impugnaciones a causa del voto por correo, porque tras el cierre de recepción, se siguieron aceptando sufragios.
Un detalle muy significativo y de gran importancia es el del voto latino, que claramente se identificó con Donald Trump por su posición antisocialista, quien no titubeó en condenar los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba.
De allí que en estados que, tradicionalmente habían votado por los demócratas, se notara que la población latinoamericana no simpatizara con Joseph Biden, al recordar que durante la vicepresidencia de Obama estimulo las conversaciones con los guerrilleros colombianos en La Habana.
Los latinos que residen en los Estados Unidos, indudablemente, no quieren nada con el socialismo porque conocen profundamente los resultados de las políticas puestas en práctica en Latinoamérica, que han sido destructivas para los países y han sumido en la pobreza a a sus habitantes. Ejemplos sobran, manifestó Rodríguez.
Es prematuro todavía para hacer un análisis, pero en el curso de las horas, cuando se despeje este proceso, será oportuno hacer proyecciones en torno a la política hacia Venezuela y otros países de Latinoamérica, dijo Rodríguez.