Es verdaderamente dramática la situación que están viviendo los agricultores venezolanos, de acuerdo con el criterio sustentado por el Vicepresidente de Fedeagro, Celso Fantinel, quien advierte que «estamos viviendo los días más negros de nuestra historia republica».
Afirma el dirigente del sector agrícola que las cosechas a ser recolectadas en el año 2020 son muy parecidas a las que se tenían en los años de 1970, representando un retraso demasiado grandes, porque en aquella época la población apenas era un tercio de la que tenemos hoy en día.
“Ahora se nos vino encima la pandemia de la COVID-19, el tema de los combustibles, que está impidiendo que los agricultores puedan ir a sus unidades de producción, hacer el día a día, llevar comida a los trabajadores hasta sus hogares, de manera que realmente la situación del campo se ha tornado caótica y así es muy difícil producir”, afirma Fantinel.
Recuerda que desde el campo salen los alimentos que van a las ciudades, en estos momentos la situación es grave, tenemos zonas, específicamente en el occidente del país, donde los productores hacen 8 y 10 días de colas; en los Andes venezolanos los productores se han convertido en unos verdaderos héroes para poder bajar las hortalizas de las montañas, lo que significa más de 2.000 o 3.000 metros, utilizando cualquier mecanismo, indicando que hasta en burro sacan los productos.
“La situación es muy grave, es dramática, se sigue agravando y cada día vemos que hay menos combustible, y ahora también esta escaseando el gasoil y la gasolina prácticamente ha desaparecido y así va a ser imposible que lleguen los alimentos a todas las ciudades y a todos los venezolanos”, señaló Fantinel a través de un video.
Lo más angustiante de esta situación, es que es una problemática que las organizaciones gremiales como Fedeagro, que agrupa en su seno al 80% de los verdaderos productores del campo, lo han venido planteando al Ejecutivo y a distintas instancias, con la finalidad de que se tomaran las previsiones para dotarlos de los insumos como semillas, fertilizantes, agroquímicos, repuestos para las maquinarias y equipos, financiamiento adecuado y oportuno, alertando que de no contar con este apoyo, la producción agrícola continuaría cayendo, como ha venido ocurriendo en los últimos 12 años consecutivos.
Se advirtió que la siembra del ciclo más importante que es el de invierno, “se podría perder” y no hubo respuesta, de allí que los niveles de producción de los distintos rubros, apenas si permitirá atender un 15 a 20% de la demanda y el impacto inmediato, es que los precios de productos agrícolas seguirán aumentando, pagándose en estos momentos en Caracas hasta 800 mil bolívares por un kilo de tomate, de cebolla o de pimentón y más de 700 bolívares por una lechuga.