Hoy es 3 de noviembre de 2020, un día que registrara la historia en el continente americano, se decide la suerte de dos países en un mismo día, en USA y Venezuela. Pudieran algunos pensar ¿por qué? de esta asociación, si hoy solo son las elecciones en Estados Unidos, otros dirán que seguro se debe a que la suerte de Venezuela dependerá de quien salga elegido presidente en Norteamérica.
Pues bien, sin duda la elección del Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica influirá en el mundo, no solo en Venezuela, la visión de la política exterior de los demócratas y de los republicanos históricamente ha sido distinta, unos más guerreristas que otros, pero siempre ha dominado la Doctrina Monroe, en la consecución de sus acciones.
La incidencia en estos momentos de esa elección norteamericana sobre Venezuela, estaría en primer lugar, en el despeje o acentuación de la ilusión de muchos opositores de una intervención extrajera promovida por los Estados Unidos o en todo caso la promoción de un golpe militar, a pesar que el gobierno norteamericano y su presidente Trump, hasta el cansancio han señalado que no moverán tropas estadounidenses a un país extranjero, a menos que se atentara contra intereses de ese país, y sobre todo, sobre sus nacionales.
En segundo lugar y con influencia en el punto anterior, ese descarte o esperanza sobre una acción militar dependiendo de quien resulte presidente de USA, cambiara la estrategia de los factores sociales, políticos y empresariales del país, y aquí está en parte esa suerte echada para nuestro nación.
Si el triunfo lo obtiene quien genera la posibilidad de una acción militar que dé al traste contra el régimen, pues las esperanzas de cambio se sostendrán sobre la figura de un tercero, mesías o no, que vendrá a salvar a los venezolanos. Si el triunfo lo obtiene, quien definitivamente despeja esa aspiración, pues la realidad política se impondrá, pesando más el convencimiento de que la solución está aquí en lo interno, con la construcción de una fuerza social, que genere el cambio, como lo ha señalado en sus últimos dos documentos la CEV.
Pero la otra parte de esta suerte en lo que respecta a Venezuela, es que hoy arranca oficialmente el tiempo de campaña electoral para la elección parlamentaria, convocada para el 6D, donde se debaten la abstención y la participación, Sobre la figura de la abstención podemos decir sin empacho alguno, que es promovida en primer lugar por el régimen, el cual activa con sus laboratorios a influyentes sectores de la clase media venezolana, a participar en esta opción, sin darse cuenta que con ello, se convierten sin querer queriendo en colaboracionista del gobierno.
Otro detalle que también incide en esta suerte echada, está en superar una conducta contradictoria del liderazgo opositor vinculado al G4 que resulta también extraña, importantes dirigentes de este sector opositor que hoy propagan la idea de abstenerse en esta elección parlamentaria, se encuentran promoviéndose ya, como candidatos a gobernador y alcaldes en las elecciones regionales que corresponde efectuarse en el 2021. Esta incoherencia, es un escollo que seguirá afectando la credibilidad de ese liderazgo opositor, que solo su corrección cambiaría la ruta trazada.
Sobre la forma como se arranque la campaña electoral en Venezuela hoy y luego de transcurrido unos días de la elección norteamericana, sabremos de acuerdo a nuevas mediciones, si la participación de la población electoral venezolana aumentara. Si el deseo de participación se va en aumento, esto por supuesto no favorecerá al gobierno, y la plataforma electoral que podrá ser beneficiada por esa participación electoral, será solo aquella que logre conectar con la frescura del mensaje y su deslinde con el régimen.
Es entonces el 6 de diciembre la oportunidad de generar el comienzo de un proceso de cambio, para la construcción de esa nueva de fuerza social que tanto viene promocionado la CEV, y es allí, donde a partir de hoy, la suerte esta echada.
Miguel Antonio Parra Giménez