Tras estar más de veinte años sirviéndole a la comunidad, en forma eficiente y con calidad, el régimen ha intervenido el Hospital Rotario, nombrando ya como director general al médico Ronny Montero y a la enfermera Elsy Sánchez, directora ejecutiva.
Al ofrecer detalles, el diputado de la Asamblea Nacional, doctor Guillermo Palacios, dijo que la semana pasada advirtió que se avecinaba este atropello; pero, a pesar de que la población ha expresado su rechazo, se ha impuesto la decisión.
Se trata de una acción arbitraria, injustificable e insensible de la dictadura, por cuanto tienen sumidos en el abandono a sus tres centros asistenciales del oeste, ubicados en La Paz, Bolívar y La Carucíeña.
Como éstos no pueden darles la atención a las numerosas comunidades de ese sector, el más poblado de Barquisimeto, porque el régimen no les provee de insumos, ni del personal necesario, entonces, alegremente, echan mano de una institución verdaderamente responsable, útil y en pleno funcionamiento como es el Rotario.
Todos los equipos que tiene ese hospital fueron donados por el Rotary Club Internacional y además se le brinda a la población diferentes servicios: medicina interna, pediatría, endocrinología pediátrica, ginecología, traumatología, ortopedia, fisiatría, tratamiento de la columna vertebral, cardiología, oftamología y cirugía general.
La gente que acude al Hospital Rotario son los que sienten esta medida como una acción despiadada del régimen, ya que éste no tiene interés por la salud de la población, ya que sí de verdad la tuviera habría dotado del personal, insumos y recursos a los centros de La Paz, La Carucieña y Bolívar.
Son esas personas las que se me han acercado para que eleve la voz de protesta de la propia comunidad, por cuanto temen que ese hospital pueda correr la peor suerte, ya que todo lo que agarra el régimen, lo destruye. Y el ejemplo más claro lo tenemos con PDVSA, que siendo una de las más importantes empresas petroleras del mundo hoy está quebrada totalmente y ya ni siquiera produce gasoil.
La situación de la salud en Lara, como en todo el país, es crítica. Denuncié hace unos días que una enfermera, quien trabajaba adhonorem, por su pueblo, en Pico e´Gallo, murió al ser mordida por una serpiente. No había suero antiofídico y no pudo ser trasladada en ambulancia porque ésta no tenía gasolina. Ni tampoco pudieron hacerlo los vecinos que tienen vehículo por la misma causa.
Las comunidades del oeste de Barquisimeto se encuentran indignadas, preocupadas y profundamente dolidas por esta intervención, porque el Rotario era la salvación que tenían en este momento en que es difícil conseguir atención médica porque todos los centros asistenciales del Estado se encuentran en crisis.