Los larenses sufren un fuerte azote diario cuando se realiza el racionamiento eléctrico no programado y que se prolonga por un promedio de 6 a 7 horas. Mientras eso sucede y ha venido sucediendo con mayor intensidad desde marzo de este año, la Gobernación de Lara instaló lo que denominaron «Navidad Feliz» en tres plazas emblemáticas de Barquisimeto.
Una cantidad importante de bombillos led e instalaciones de luces navideñas fueron colocadas en la Plaza General Jacinto Lara, situada en la carrera 17 con calle 23; en la Plaza Pedro Leon Torres, ubicada en la carrera 19 con calle 23 y en la Plaza El Encuentro, en la calle 25 entre carreras 19 y 18, mientras los pobladores pasan a oscuras la noche por falta del servicio eléctrico.
Adornos y telas alusivas a la Nochebuena se instalaron en dichos lugares y más allá de representar un agrado para los transeúntes, éstos al ser consultados por Elimpulso.com no ven con buenos ojos la «Navidad Feliz» orquestada por Carmen Meléndez, pues están sumidos en una crisis de electricidad, gas, agua y gasolina que les va arrancando su calidad de vida.
«Tratamos de estar felices para no enfermarnos», dijo Mirian Perdomo, una consultada en medio de la plaza Jacinto Lara, en la cual se instalaron no menos de 85 bombillos led en una especie de zaguán que da entrada a la misma a través de estructuras de metal. También, hay 10 bombillos más que cuelgan de un árbol y grandes bambalinas hechas de armazón de hierro las cuales están revestidas por no menos de 9 instalaciones de pequeñas luces navideñas.
Los árboles también están revestidos con estas pequeñas luces y se deja ver un modesto pesebre al fondo de la plaza.
Una situación similar ocurre en la plaza Pedro Leon Torres, con la diferencia de que en ésta las luces permanecen encendidas durante todo el día, según indicaron a Elimpulso.com personas que la frecuentan.
En la plaza El Encuentro se instaló un obelisco también de hierro y al menos una docena de adornos en los postes de luz que la bordean.
La pregunta que se hacen los ciudadanos tiene que ver con las prioridades de la gestión regional, mientras los servicios públicos empeoran.
