Nada de lo que dijo Nicolás Maduro, en su alocución acerca de la gasolina, es verdad, declaró Azalea Colmenárez, dirigente de los trabajadores de las 176 estaciones de servicio del estado Lara.
Enumeró lo que consideró falsedades.
Primero, la dirigente señaló: Como siempre tiene un responsable de las fallas de los servicios básicos, ya que nunca es culpa de la mala administración y de la falta de gerencia, volvió a utilizar el enemigo externo. Señaló que fue atacada la refinería de Amuay con un arma larga poderosa, para provocar un incendio. Aún más, que el daño había sido causado a la torre que tiene un espesor equivalente a un tanque de guerra. Los trabajadores de la planta explicaron que lo ocurrido no fue eso, sino que una unidad de destilación, que tiene capacidad de refinación de 100 mil barriles diarios, está tan deteriorada que una fuga de agua hizo explosión con el vapor y terminó por dejarla inservible. Claramente, es una mentira lo del ataque o del sabotaje.
Segundo. Que garantizaba la producción nacional de gasolina. En el país hay 6 refinerías, pero solamente está funcionando a duras penas la de Cardón, que no llega a producir más de 15 mil barriles diarios. Ni por arte de magia podría hacerlo, porque la industria petrolera está casi totalmente destruida. ¿Qué garantía puede haber si cuando se hacen reparaciones, al poco tiempo, como ha quedado demostrado, se paralizan las plantas reparadas? Se ponen paños calientes porque no hay dinero para las inversiones necesarias, que son cuantiosas.
Tercero. Dijo que se está produciendo 30 por ciento más del consumo nacional. Si eso fuera verdad, entonces, ¿cómo es que hay colas y quienes están en las mismas tienen que aguardar días y días para poder surtirse con apenas 30 litros de combustible? El consumo nacional mínimo promedio es de 100 mil barriles. Y con dificultad las gandolas aprovisionan a las estaciones, no a todas, con 5000 litros. De las 176 estaciones de Lara, no llegan a 40 las que reciben suministro. Si estuviera diciendo una cosa creible, no se anunciara todos los días la ubicación de las bombas que funcionarán a la fecha.
Cuarto. Declaró que no sólo se está recibiendo gasolina de Irán, sino de otras regiones. ¿De dónde? Una mentira más, porque de los iraníes apenas han sido hecho dos envíos y nada más. Y si estuviera llegando de otras partes, mucho menos habría colas de vehículos en las inmediaciones de las bombas.
Quinto. Cuando habló de las reservas, primero dijo que había gasolina para veinte días y después, que para 30 días. Pero, no aclaró que esas reservas son para los carros de organismos oficiales. La gente sigue haciendo colas y éstas no se acabarán porque no hay producción, ni tampoco están llegando suministros del exterior.
Sexto. Lo que no dijo es que parte de esas reservas las tiene para utilizar vehículos oficiales en las votaciones del 6 de diciembre. Ya verán cómo ese día la movilización del régimen no parará. Mientras tanto, el problema de la escasez y, por supuesto, de la venta a precios bien dolarizados continuará porque ese es un negocio que lo ha generado el problema de la falta de combustible.