A siete meses de haberse conocido los primeros casos del coronavirus, todavía no hay tratamientos definitivos ni se han tomado las medidas correctas para evitar el contagio de la enfermedad, la cual se mantiene indetenible, expresa con preocupación el doctor Armando Sánchez.
El profesor de medicina de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) al ser entrevistado por Elimpulso.com, Recuerda que, desde enero, a través de los medios y en particular de los programas de televisión regional, ha venido haciendo advertencias sobre la pandemia antes de que ésta fuera reconocida.
Extrañas cifras venezolanas
Cuando ya se han presentado más de 43 millones de casos con más de un millón cien mil muertes por la enfermedad en el mundo, las cifras venezolanas resultan muy extrañas y hasta increíbles, porque se apartan de las mediciones en el planeta, dice el especialista en enfermedades producidas por virus.
El promedio de fallecimientos en el mundo es de 4,03 por ciento; pero, para el régimen venezolano es de 1, 15 por ciento, lo cual resulta muy extraño.
De acuerdo con las cifras conocidas, en nuestro país se han producido 777 muertes entre los más de 90 mil casos. De aquel total, 231 defunciones han sido del personal sanitario, resaltando el hecho de que 154 son médicos, un número muy significativo y preocupante porque realmente sobrepasa todos los indicadores del globo terrestre.
Las cifras venezolanas son tan asombrosas como las de China, cuya población es de casi 1.500 millones de personas y según el régimen de esa nación apenas se han producido 91mil casos con 4.739 muertes. Allá como aquí los números son dados por los voceros oficiales y no hay forma de comprobarlos.
Distanciamiento
Por otra parte, el doctor Sánchez se refirió al distanciamiento social, como una de las principales medidas para evitar el contagio de la peligrosa enfermedad.
Desde comienzos de año no se tomaron las medidas previsivas de control, para el ingreso de personas por las vías terrestres, marítimas y aéreas, tampoco han sido satisfactorias las decisiones acordadas, durante las cuarentenas sucesivas, en torno al distanciamiento que debe prevalecer entre una y otra persona en cualquier sitio.
En este aspecto, considera que la movilidad de las personas debe ser controlada eficientemente y no dejarla a disposición de las propias personas, como ha estado ocurriendo.
Se han establecido horarios de permanencia de gente en la calle, pero eso no impide que haya aglomeraciones en todas partes, sobre todo en los mercados, farmacias, establecimientos comerciales y en las escasas unidades del transporte público. Ahora se ha flexibilizado la cuarentena para que la gente vaya a la playa, a clubes, discotecas, restaurantes y tiendas diversas.
Es preciso pensar en función del espacio y tiempo de la movilidad de la gente, plantea. Se había venido obligando a las personas a permanecer en casa y sólo salir a la calle por necesidad, pero hemos visto ´cómo están aumentando los casos.
Considera el profesional de la medicina que sería conveniente que se adoptara el modelo del último número de la cédula de identidad por día, para salir a la calle.
Porque el sentido común nos indica que la pandemia no cede, sino que por el contrario persiste y todavía no hay vacuna comprobada, porque ya existe más de un centenar de proyectos, que no sabemos cuáles serán sus resultados
Sector sanitario
En vista del gran número de fallecimiento de médicos y otros trabajadores de la salud, el doctor Sánchez hace unas observaciones muy interesantes:
Primero. No se ha hecho la debida protección integral al personal del sector salud: médicos, enfermeras, bioanalistas, camilleros. No sólo en los centros hospitalarios del Estado, sino también en los privados.
Segundo. Algunos miembros de los equipos de salud no han tenido la suficiente conciencia acerca del conocimiento epidemiológico de la enfermedad, que se transmite con facilidad y afecta principalmente las vías respiratorias.
Tercero. Toda la línea de tratamiento al paciente tiene que hacerse también con el personal de salud, porque éste tiene que entrar y salir de los centros hospitalarios. Corre el mayor riesgo de contagio.
Cuarto. No se ha estudiado seriamente el tratamiento para la enfermedad, cuya complejidad y amplitud hace que sean muy delicadas sus fases. Diferentes son en cada sitio los medicamentos utilizados. Y, por supuesto, es difícil saber cómo se podrá acabar con la pandemia.
Quinto. Quienes han sufrido la enfermedad y se han recuperado, no por eso pueden estar confiados en que su salud quedó totalmente restablecida, ya que deja secuelas en el sistema respiratorio. Eso indica que se deben tomar las previsiones para evitar el riesgo del contagio.
Sexto. La pandemia ha demostrado la vulnerabilidad de los sistemas de salud, máxime en Venezuela, donde no sólo ha habido abandono de instalaciones, sino que la crisis ha aventando al exterior más de 35 mil profesionales de la medicina. El momento se presta para reflexionar y destinar el quince por ciento del presupuesto a la salud, ya que sin ésta la población mayoritariamente afectada por el hambre, está propensa a enfermarse con gran facilidad.