Carmen Meléndez vino a Lara como gobernadora, según su propia confesión, porque fue el deseo de Nicolás Maduro; pero, nunca se interesó por esta entidad federal, ya que jamás llegó a reunirse con las llamadas fuerzas vivas, ni mucho menos se ocupó por los servicios públicos, los cuales los dejó peor de lo que estaban.
Esta es la opinión del doctor Joel Rodríguez Ramos, abogado constitucionalista, quien dice que la hoy ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, se ha declarado soldada del régimen y, por lo tanto, no importa donde la pongan, aunque no sepa qué va a hacer.
Lo que sí hay que tomar en cuenta es que ella reconoció que los funcionarios matraquean y se le oyó decir que se fueran a sus casas, al término del horario de cuarentena, porque si no lo hacían estaban expuestos a ser matraqueados. Pero, nada hizo para acabar con este delito.
De igual forma, ante la escasez de gasolina, le salió decir a la gente que caminaran, pero no creo que ella lo hiciera.
Su designación como ministra de Relaciones Interiores abulta su hoja de servicio al régimen, ya que fue la primera ministra de Defensa, además de tesorera de la nación. Es decir, una ficha muy importante para la mal llamada revolución bolivariana.
Así como no le importó conocer la opinión de los sectores larenses, sólo se limitó a ocupar una posición indicada por el régimen y en ese sentido encadenar emisoras y televisoras para hablar de los casos de la pandemia. Nada de ocuparse de la salud del estado, ya que los centros asistenciales se encuentran en precarias condiciones, pues el personal, incluyendo médicos, no cuentan con equipos de protección a pesar de estar ocupado en salvar vidas ante la arremetida de la pandemia.
Este es un régimen que sólo le importa mantenerse en el poder, comentó el doctor Rodríguez Ramos. En el acto de exhumación de los restos del doctor José Gregorio Hernández, presidido por los cardenales Jorge Urosa Savino y Baltazar Porras, no estuvo ningún representante del régimen. Claro está, lo que les interesa ahora es el fraude del 6 de diciembre, máxime cuando al simulacro no asistió casi nadie, dijo.