Veinte trabajadores del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) son sospechosos de haber contraído el virus de la COVID-19 y están a la espera de los resultados de las pruebas que les fueron practicadas.
Al dar a conocer este hecho, Alberto Domínguez, dirigente sindical de los trabajadores de ese organismo, manifestó que en el personal existe mucha preocupación porque las autoridades nada hacen para proteger la salud de quienes están más expuestos a contraer el mal y, por supuesto, a perder la vida.
Los sospechosos de estar contagiados están en sus domicilios guardando reposo, pero los demás que siguen trabajando están desprotegidos porque no cuentan con las mínimas condiciones de seguridad.
Usan los tapabocas artesanales, que no son los adecuados para trabajar. No han sido dotados de guantes, lentes y demás implementos, ni de los desinfectantes. Y como han venido protestando las enfermeras por un salario digno, ellos también exigen una remuneración acorde a sus necesidades.
Para acudir a sus sitios de trabajo tienen que pagar pasaje en el transporte colectivo y como éste se ha hecho muy costoso, deben trasladarse a pie, ya que si lo hacen en los colectivos se les iría el salario del mes en pasaje en una semana y no tendrían nada para adquirir lo mínimo de alimentos.
Ya en el Juan Daza Pereira hay muy pocos trabajadores, en el Pastor Oropeza quedan veinte personas laborando y el Rafael Vicente Andrade, de la parroquia Unión, ha sido dejado como una maternidad.