Irresponsable, insensible e insensato es Nicolás Maduro al decretar la navidad cuando se han agravado los problemas de la inflación, de los servicios públicos y la gente se está muriendo de hambre y a los enfermos se les adelanta el fallecimiento porque no tienen medicinas y recurren a la caridad pública, a través de los medios, en un acto desesperado por obtener algún remedio.
Tras suministrar estas declaraciones, el diputado Guillermo Palacios, de la Asamblea Nacional, adicionó: “Cómo disfruta de la ironía y se burla del pueblo, el usurpador del Poder Ejecutivo al llegar a estos extremos de querer demostrar ante el mundo que aquí, en medio del desastre que ha causado, existe tanta normalidad que se da el lujo de adelantar las navidades en dos meses”.
Recordó que el año pasado, Maduro adelantó la navidad un mes, ya que el primero de noviembre junto con Cilia Flores encendió las luces de una cruz en el cerro Ávila y ordenó a todos los ministerios celebrar con fiesta su decisión.
Cuando en el país hay fallas de electricidad todos los días, a veces hasta de doce horas; el salario mínimo de los trabajadores y la pensión de las personas de la tercera edad es menos de un dólar; también escasea el agua, el gas doméstico y la gasolina; los enfermos hospitalizados piden por radio y televisión ayuda; y nuevamente vuelve la gente, que había regresado al país a irse porque las cosas han empeorado, a Maduro, irónica y malignamente, se le ocurre decretar navidades en octubre, cuestionó.
Ahora con más razón se hace necesaria la consulta popular planteada por la oposición venezolana, dijo el parlamentario larense. Ya el comité designado para llevar a cabo esa actividad está trabajando y hará el anuncio correspondiente en los próximos días. Porque la farsa del 6 de diciembre, organizada por Maduro, no va a resolver ningún problema.
