La crisis es sinónimo de problemas, dificultades, escasez, y otros tantas palabras desalentadoras para la humanidad. Sin embargo, en la crisis también pueden encontrarse lo mejor de las personas: bondad, caridad, misericordia, amistad, amor, y muchas palabras más, que se encargan de darle sentido y plenitud a la vida.
Es que sí, en tiempos de crisis no debe escasear el amor. Y eso es lo que se vive en el Hogar San Vicente de Paúl, ubicado en el centro de Baquisimeto. Sitio donde, a pesar de tantos problemas que se viven en Venezuela, siguen atendiendo y cuidando a 42 abuelos y abuelas día tras día.
Quizá puedan preguntarse cómo hacen para atenderlos, en vista de las dificultades económicas que se evidencian en el país. La respuesta es sencilla: ¡Los buenos somos más!
Sor Raisbely, una de las hermanas que sirve en la mencionada casa hogar, contó a Elimpulso.com que «la providencia del Señor nunca falta«, y gracias a ello, han tenido la posibilidad de seguir sirviendo y atendiendo a todos los abuelos.
Contó que los gestos de amor, provenientes del Señor, se reflejan en muchos barqusimetanos que, a pesar de no ser familiares de ninguno de estos abuelos, se encargan de colaborar constantemente con comida o medicinas, pensando en el bienestar de estos adultos mayores.
Con respecto a la deficiencia de los servicios públicos, Sor Raisbely mencionó que, al estar cerca del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda de Barquisimeto, no se quedan sin servicio eléctrico. Y aunque sí tienen problemas con el servicio del agua, hay un bondadoso barquisimetano que les lleva cisternas con el suministro de manera constante, para que los abuelos no padezcan la falta del agua.
Y sí, de manera convencida, aferrada a la fe, Sor Raisbely indicó que está segura que la providencia seguirá llegando, porque reconoce que hay muchas personas que están dispuestas a servir, ayudar y estirar sus manos para los más necesitados.