#OPINIÓN La Salsa en la picota por falta de soneros #9Oct

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La Salsa no parece tenerlas todas consigo después de su etapa de apogeo por el lapso de más de 25 años entre 1965 y 1989, cuando irrumpe el renovado Merengue dominicano que le restó terreno.   Desde entonces registra un descenso en sus espacios y público.  Aquella euforia del comienzo luce lejana.

Lo que está claro es que no es una moda pasajera sino música enraizada en el gusto y sentimiento del público que incluye Europa y Asia. Es una expresión firme de la cultura musical que integra lo que ahora se denomina folclor universal con raíces en Cuba y el Caribe.

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Si nos atenemos a la historia convencional, la Salsa tiene su fecha de nacimiento en el año 1965 en la ciudad norteamericana de Nueva York con el puertorriqueño Eddi Palmieri a la cabeza de ese movimiento. Ello luego de una etapa previa de experimentación con ritmos como el boogaloo impuesto por el pianista Pete Rodríguez y Richie Ray, entre otros.

Pero antes en 1962, Palmieri señalaba el camino con la creación de la banda La Perfecta que introdujo el trombón como instrumento solista que le aportó un rostro definido al nuevo ritmo. Es decir que por allí iban los tiros.

Entre sus detractores de siempre se cuentan a Celia Cruz, Daniel Santos y Dámaso Pérez Prado. Los tres siempre coincidieron en que eso no era salsa ni nada nuevo. Argumentaban que se trataba de un arreglo norteamericano puesto a una pieza cubana y nada más. Es más, Pérez Prado se proclamaba su creador con el Mambo y el ChaChaCha.  A su juicio se trataba de una estafa tramada por la industria cultural de EEUU para gente tonta y hacer dinero.

 Lo curioso de estos acontecimientos es que Celia Cruz luego se convertiría en una de las estrellas de esta música. Hizo fama y dinero interpretándola para el resto de su vida.

Síntesis y respuesta

El proceso primario de gestación de este género musical afrocaribeño culmina en 1971 cuando es creada la Orquesta Estrellas de Fania que reúne a los mejores talentos representativos del mismo entre músicos, autores, compositores y cantantes.

La Salsa bien se le puede catalogar de síntesis de los ritmos caribeños cuya raíz es el son cubano. Una música con la virtud de asumir otros entre estos el bolero. Esta es también música de emigrantes de varios países caribeños, entre estos Cuba que convergieron en la Gran Manzana. Un peldaño más en la evolución de esa rica música afrocaribeña que el emigrante vuelca en la Salsa lejos de su terruño natal.

Aunque generada por la industria cultural norteamericana, es la respuesta a fenómenos de esa índole como el rock, el pop y la música disco en el marco de la Guerra Fría que también se hizo sentir en las esferas del arte. Todo ello en el marco de una sociedad multicultural como la norteamericana con la ventaja de la apertura a otras manifestaciones de esa naturaleza, aunque no sean propias.

En tal sentido se recuerda el exitoso disco Siembre de Rubén Blade y Willie Colón de 1978. Esa fue la reacción de los músicos latinoamericanos a la prepotencia de John Travolta cuando expresó que estos no estaban a la altura de la música de EEUU. Entonces Travolta arrasaba en las carteleras discográficas al pegar su tema Fiebre del Sábado por la Noche. Pero tuvo que tragarse sus soberbias palabras ante aquella obra del arte musical de Blade y Colón. Siembra es el disco más vendido de la Salsa.

Palmieri arremete

El año 2016 el llamado creador de la Salsa Eddi Palmieri alzó su autorizada voz de protesta contra lo que él califica de “desastre” de este género musical.

Uno de los pilares fundamentales de este ritmo es el sonero caracterizado por el arte de la improvisación. Es precisamente allí donde Palmieri ha centrado sus acidas críticas. Considera que hoy escasean los verdaderos soneros. Según su parecer lo que existen son solistas con muy buenas voces. En este sentido no hace excepciones de ningún tipo. Los mete a todos en el mismo saco. Sus críticas las hace extensivas a Latín Jazz del cual es también uno de sus oficiantes.

La explicación a esta caída de la encontramos en que se trata de un fenómeno artístico humano propenso siempre a momentos de declive. Todas las expresiones culturales pasan por esa situación: de lo estelar y eufórico al reflujo. Con todo, se mantiene en el gusto del público, aunque su producción discográfica no sea en la misma proporción de antes. La salsa no podía ser la excepción.

Por tratarse de una autoridad en este campo resultan muy serias y alarmantes estas opiniones de Palmieri,55 años después dela irrupción de la salsa en Nueva York. En ese sentido Palmieri ha dado en el clavo del asunto. Pero ello no significa que haya perdido vigencia pues es música que nació en la calle, precisamente una garantía de su fuerza. Un hecho que nos recuerda a dos de sus máximos exponentes: Ismael Rivera y Héctor Lavoe, soneros de marca con una pulida técnica para comunicar y entretener.

Eddi Palmieri, el creador de la Salsa

Freddy Torrealba Z.

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