Nicolás Maduro ha emitido bonos que han incrementado la liquidez monetaria. El dólar paralelo aumentó 692% desde enero hasta septiembre de este año, una tendencia que se mantendrá en los próximos meses
El comportamiento del dólar es otra curva que no se aplana. De estar en 56.122 bolívares el 1º de enero de 2020, había llegado a 444.497 bolívares el 1º de octubre, un incremento de 692%. Esto significa que con lo que costaba un dólar a principios del décimo mes del año, se podían comprar casi ocho dólares en enero.
Expertos explican que este considerable aumento ha sido generado por el notable crecimiento de la liquidez monetaria debido a los bonos que ha entregado Nicolás Maduro durante la cuarentena por el coronavirus. Este dinero la gente lo utiliza para comprar especialmente dólares, lo que aumenta la demanda de la moneda en un momento en el que la oferta es baja por los efectos de la pandemia y el colapso económico sobre los ingresos en divisas de la nación.
Si Maduro continúa entregando estas subvenciones, e incluso las aumenta en el último trimestre de 2020 como ha sido habitual en los años recientes con motivo de la época navideña, el dólar paralelo podría superar el millón y medio de bolívares a final de año, de acuerdo con estimaciones de la firma Ecoanalítica.
«Si al final del año la ejecución del gasto es masiva y agresiva, probablemente superior al 40% en el último trimestre comparado con el último trimestre del año pasado, podemos ver una tasa de cambio superior a 1,7 millones de bolívares por dólar«, prevé el economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica. «Si por el contrario, el gobierno es más moderado en la forma como ejecuta el gasto, la tasa de cambio estaría por debajo del millón de bolívares, en torno a 890.000 bolívares».
Sin embargo, es probable que aumente el gasto público entre octubre y diciembre de 2020 debido a las elecciones parlamentarias convocadas para el 6 de diciembre, en las que, aseguran, volverán a tomar el control de una Asamblea Nacional ganada en 2015 por la oposición y desconocida desde 2016 por el régimen.
Estas subvenciones que da frecuentemente Maduro, que no alcanzan para cubrir ni un cuarto de la canasta alimentaria, son financiados por el Banco Central de Venezuela (BCV) a través de la creación de dinero sin respaldo, una de las principales causas de que Venezuela viva una de las peores pesadillas de su historia: la hiperinflación, que este noviembre de 2020 soplará la vela de cumpleaños por tercera vez. Esta manera de financiar el aparataje de bonificaciones la ha utilizado el gobierno con más frecuencia a medida que los ingresos por la vía de la venta de petróleo han ido disminuyendo, hasta llegar a los niveles críticos de 2020, cuando se espera que los ingresos no petroleros superen los derivados de la poca exportación de crudo.
El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la UCAB calcula que la base monetaria podría crecer este año en más de 885%. Sin embargo, el IIES indica que esta sería una variación sustancialmente menor a las experimentadas en 2018 y 2019 (44.000% y 7.170%, respectivamente). Estima también que la liquidez podría terminar incrementándose cerca de un 200% respecto a la del nivel registrado en 2019.
Otros factores que impulsan el dólar al alza es la incertidumbre sobre lo que pueda pasar en los próximos meses en cuanto a la pandemia y a la situación económica del país, y la falta de confianza en la gestión del sector público y en lo que pueda hacer con respecto a la paralización de casi todo el aparato productivo y a la escasez de combustible. Ecoanalítica también señala que la reventa de gasolina a precios muy superiores a los internacionales ha hecho que algunos venezolanos busquen comprar divisas previendo que siga aumentado y para poder comprar combustible en el mercado negro.
No obstante, la demanda de divisas por tema gasolina puede ceder si vuelve a crecer un poco la oferta de combustible con una dotación por parte de socios y aliados de Maduro, que haga que el país vuelva a tener un ciclo de suministro estable al menos por unas semanas.
Oliveros no cree los dos escenarios que proyectan para finales de 2020 cambien por la reforma del encaje legal, ejecutada por el BCV desde el 18 de septiembre y que permite la liberación de Bs. 30 billones semanales. «Básicamente el tema del encaje no cambia esas dos premisas, no nos lleva a modificar los estimados en los dos escenarios, simplemente puede que nos acerque más a uno que a otro. Sin embargo, hay que ver lo que el gobierno vaya a hacer con el gasto, para poder mirar efectivamente dónde puede terminar el tipo de cambio».
«Evidentemente toda empresa que reciba bolívares, terminará comprando divisas, ya sea para comprar materia prima, para aumentar inventario, por lo que se espera en las próximas semanas una presión adicional a los desequilibrios que ya tiene la economía venezolana. Es decir, una presión al alza del dólar en el mercado paralelo».
Una de las razones que explican por qué esta liberación de recursos para la banca no tendrán un mayor impacto en el tipo de cambio a finales de año es que se trata de un monto fijado en bolívares, que en el transcurso del tiempo irá perdiendo valor en términos reales debido a la hiperinflación. Solamente en la primera semana de ejecución, los 30 billones de bolívares pasaron de equivaler a $80,1 millones a ser al cambio $75,1 millones.
«Se trata de un descuento fijado en bolívares, y como todo en este país valorado en bolívares, eso va a perder valor en el tiempo. Se puede reducir a la mitad en un par de meses. Y en ese sentido el estímulo va a dejar de ser tal en menos de un par de meses y los bancos tendrán que enfrentar unos requerimientos de encaje elevados nuevamente, por lo que se volverá a frenar el crédito», explica el economista Luis Arturo Bárcenas.
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