Para recordar:
“Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos”
(Hageo 2:8)
Con el texto inicial, ya tenemos la respuesta quién es el dueño del oro y la plata. Y dice allí que es: “Jehová de los ejércitos”. Pero, ¿Quién es Jehová para muchos? Hay personas que no creen en Dios y, por eso creen que el suelo que están pisando, la casa que habitan, el cuerpo que tiene es de ellos, y piensan que pueden hacer con eso lo que quieran; ni siquiera Dios los puede tocar. Somos dueños temporales.
Hace poco, para el mes de septiembre, 2020, observamos el primer mandatario, visitando una de las últimas mina de oro, que se han venido explotando en Venezuela, presuntamente sin restricción alguna, ultra-secreto para el pueblo. Pero, ¿acaso los gobernantes no se creen dueños y señores de todo el suelo que pisan y lo que contiene, o de lo que gobiernan? Ellos y nosotros somos administradores, para beneficiar a los ciudadanos de un país. Y en nuestro caso, para ayudar a otros.
Cuando decimos que Jehová es el dueño, es porque lo hizo todo. Es lo mismo creer en Jesucristo como Creador. Como dice la Biblia, “Por Él fueron creadas todas las cosas…” (Colosenses 1:15; Salmo 148:5; Apocalipsis 4:11). Entonces, hay quienes nombran a Dios (Padre), otros al Espíritu Santo, y minimizan a Jesús, quizá por razones culturales, sociales, familiares, hasta religiosas, a sabiendas que Él fue quien vino a morir en la cruz; Él es quien se fue al cielo y viene por Segunda vez.
Si queremos saber más de Jesús y la relación con su Padre, no sería malo leer el libro completo de Juan, especialmente los capítulos 1, 8, 14, 17 y todo lo referente a su muerte, crucifixión y resurrección. Esto nos cambia la óptica de quién es Dios.
Hace poco, por medio de un programa llamado “Portafolio Empresarial”, por Radio Cristal AM 610, el viernes 02/10/2020, entre 8-9 am, el profesor Julio César Vargas y quien escribe, pudimos hablar del tema, cómo Dios es el dueño de todo; de la plata y del oro; del mundo (de todo lo creado) y de todas sus criaturas.
Bien lo dijo el salmista David: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.” (Salmo 24:1). Allí encaja muy bien el texto inicial, cuando Dios se adjudica ser dueño de la plata y el oro. Y los tres se pusieron de acuerdo para crear al ser humano, cuando dijeron “hagamos al hombre a nuestra imagen…” (Génesis 1:26).
Tristemente, la sociedad nos ha enseñado a no decir gracias a Dios. En muchas cosas que hacemos dejamos a Dios de un lado. Y señalamos: “Salí bien en el examen”; “Ese dibujo me quedó bonito”; “Ese edificio si me quedó bien hecho”. “Si estoy gobernando bien”, diría el mandante, cuando es Dios quien lo tiene allí.
Por todo lo anterior, Dios por medio de Moisés mandó decirnos: “…y ‘no’ digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.” (Deuteronomio 8:17,18).
Jacob dijo: “…de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.” (Génesis 28:20-22). La ofrenda está desde la creación (Génesis 4). Y, es Dios mismo quien nos invita a devolver la décima parte (el 10%) de nuestra ganancia o entrada para su iglesia (la que militamos). (Ver Malaquías 3:8-10).
Pero, tristemente por la tergiversación del dinero, se asocia este tema con las personas que se hacen millonarias administrando una iglesia con muchos miembros o sin auditores. El diezmo debería ser administrado sabiamente para que todos los que ministran en una iglesia u organización ganen igual. Y se espera que no le falte alimento o dinero a dichos obreros del Señor (Ver, Levítico 27:30-32; 1 Corintios 9:13,14).
Si somos fieles seremos recompensados (Malaquías 3:10).Cuando Cristo venga ¿Será que va a decirnos? “…Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” (Mateo 25:21).
Eduardo Iván González González
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