Daño colateral es un eufemismo utilizado para referirse a las muertes, heridos y daños no intencionados que se producen como resultado de una operación militar.
El término fue acuñado por el ejército de los Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam, y puede referirse a fuego amigo o al asesinato de civiles y destrucción de sus propiedades.
Etimológicamente, la expresión «daño colateral» probablemente fue utilizada militarmente en sus orígenes más como un término que enmascaraba su significado real que como un eufemismo, dado que el adjetivo «colateral» no parece haber sido utilizado como un sinónimo de «sin intención» o «accidental».
“Colateral” proviene del latín medioeval “Collateralis”, col “junto” con + lateralis (de latus, later – lado”) y es utilizado en inglés como un sinónimo de «adicional» en ciertas expresiones. Sin embargo “colateral puede a veces significar “adicional pero subordinado» o «secundario», y es este significado específico de una palabra un tanto oscura de la lengua inglesa el que ha sido recogido y ampliado por la expresión militar «daño colateral.» Transcrito textualmente de: Wikipedia.
La grave situación por la cual atravesamos los venezolanos hace suponer la existencia de estos llamados “daños colaterales”, muy específicamente si nos referimos a niños, adultos mayores e incapacitados.
El desabastecimiento y/o carestía de los alimentos y medicinas; el deplorable suministro de agua, que cuando llega a nuestros hogares y/o lugares de trabajo tiene de todo menos de potable; el pésimo servicio de recolección de la basura, o de los desechos sólidos (utilizando términos elegantes); la escasez de combustibles, gasoil para el uso industrial y del transporte, la gasolina utilizada por el parque automotriz; y muy especialmente el destructivo suministro de energía eléctrica, están ocasionando daños directos a los ciudadanos que normalmente disponíamos de ellos, antes de la llegada del sistema político económico, desfasado y fracasado históricamente, que nos han pretendido imponer.
Pero, existe un daño que, hasta ahora, no he sabido que alguien lo haya hecho notar y, es el “daño Colateral” que se está ocasionando a los sectores más indefensos de la población.
Se debería hacer un estudio clínico, analizar y diagnosticar los efectos nocivos que puede ocasionar en un niño, o en una persona discapacitada, el estar horas encerradas en un ascensor, como consecuencia de un corte inesperado en el suministro de la energía eléctrica. La incertidumbre cotidiana en la cual subsisten personas que necesitan del fluido eléctrico para su supervivencia; “aquellos que por enfermedades respiratorias continuamente necesitan de un respirador artificial, o de un nebulizador”. El sufrimiento que ocasiona a una familia con un enfermo crónico la falta de combustible para utilizarlo en la planta eléctrica, adquirida con sacrificio, previendo la preservación de la vida de un ser querido.
¿Cuántos adultos mayores viven en pisos altos de edificios sin tener la posibilidad de bajar o subir a sus viviendas porque los ascensores han sido dañados con sobre cargas de voltaje?
Existe la “Ley para las Personas con Discapacidad”, pero las autoridades que deberían salvaguardar los derechos ciudadanos, la violan, y llegan al oprobio de vejar a quienes dieron su vida… por una mejor Venezuela.
Sólo son ejemplos de lo que, presuntamente, se puede calificar como trato cruel a la población… ¡¿Derechos Humanos?!
Maximiliano Pérez Apóstol
