Hace unos cuantos años, cuando en este país disfrutamos de la prensa impresa y contendiente, escribí un artículo por mi bien amado y prestigioso Diario EL IMPULSO con el mismo sentir que lo hago ahora. ¿Cuál?. Tratar de ilustrar, a través de mi opinión, las desviaciones que en el plano de los aconteceres sociales, familiares, espirituales y políticos puedan crear ansiedad en el ciudadano y ayudar a alguien en sus dudas y confusiones sobre todo bíblicas. Para ello, he utilizado una figura que desde niño me ha cautivado: La Sirena.
Las sirenas son seres fantásticos, originarios de la mitología griega y extendida en narraciones de la literatura occidental. De hecho, esto nos indica que nunca existieron en la realidad. Pero a los niños y hasta adultos les llama la atención. El conocimiento de su falsa existencia solo puede servirnos para ubicar a nuestros amables lectores en la antesala a una reflexión, la cual puede dejarnos una enseñanza.
La mitología griega las describe como mujeres jóvenes con cola de pez, que se distinguen por una voz musical y prodigiosamente atractiva. Esto nos indica que el énfasis en nuestra reflexión lo vamos a colocar en el sentido de la visión y la audición. Según la mitología, cantaban maravillosamente y la finalidad de ese canto era atrapar víctimas que luego devoraban. El engaño, aparentemente podía centrarse en la belleza física. De hecho, en la iconografía moderna las sirenas se representan por lo general como de abrumadora belleza, pero su único atractivo radica en su voz. Cantaban maravillosamente y la finalidad de ese canto era atrapar su víctima
Uno de los clásicos que llena nuestra avidez del lector lo encontramos en la obra literaria. La Odisea, allí sabemos que Ulises preparó a su tripulación para evitar la música de las sirenas, tapándose los oídos con cera; deseoso de escucharlas él mismo, se hizo atar a un mástil para no arrojarse a las aguas al oír su música. A perecer era la cosa más espectacular que oído humano podía escuchar y Ulises, aun cuando sabía que era mortal, ordenó a su tripulación que lo amarraran.
Hoy día, debido al extraordinario alcance de los medios de comunicación, llámese radio, TV, internet y la cascada de elementos comunicativos venido a través de las redes sociales`, que no tienen ningún control, los cantos de sirena se han multiplicado y es por ello que tenemos un mundo vuelto un caos. Las mentiras, desviaciones y confusión no sólo proliferan en ámbito político sino que ha invadido el campo espiritual, religioso y familiar para perjuicio del hombre.
Lo que más nos preocupa, es que la existencia de Dios y sus verdades bíblicas son tomadas de manera alegre e irresponsable. Existen prominentes líderes cristianos con voces altisonantes que toman textos sin su debido contexto y por lo general obvian la exégesis de las palabras, para establecer doctrinas que los prosélitos absorben sin problemas y viven en el error, poniendo en peligro su Salvación. Obviamente son cantos de sirena que buscan asentar en las cientos de iglesias cristianas existentes al creyente, que produce grandes beneficios económicos a alguien. No en balde el Señor Dios dijo de estos individuos. «También guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, más de dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? ” Mateo 7:15,16. ¿Cómo les parece?
¡Hasta la semana que viene por la WEB!
William Amaro Gutiérrez