En la Asociación Civil Centro Democracia estamos trabajando en tres proyectos para desarrollar la alianza trabajadores-empresarios: Uno, consiste en identificar casos concretos, positivos y negativos, en las relaciones entre estos dos segmentos; el segundo, en redactar una nueva Ley del Trabajo de manera conjunta; y el tercero en redactar y divulgar una propuesta de “Reincorporación al Trabajo con Precauciones.”
En cuanto a los casos de alianzas trabajadores-empresarios ya hemos seleccionado varios muy positivos para analizarlos, redactar sus respectivos guiones y divulgarlos para que quien quiera pueda copiarlos. Lo mismo estamos haciendo con casos negativos, en los cuales persisten la desconfianza, la polarización, la percepción de que lo beneficia a uno de los dos segmentos perjudica al otro o, peor, se practica la lucha y el odio de clases, cosas absurdas que terminan perjudicando a ambas partes. Entre las herramientas concretas que ya hemos identificado para construir relaciones de cooperación e interdependencia entre trabajadores y empresarios encontramos algo tan sencillo como es el enfoque y la actitud: Cuando preguntamos, ¿A qué cree Ud. que se debe que las relaciones trabajadores-empresarios sean positivas (o negativas) en esta empresa? Las respuestas para explicar las relaciones positivas son del tipo… «es que siempre estamos pendientes, le damos respuesta a los problemas de la gente…», entre otras. En cambio, en los casos de relaciones negativas, predominan respuesta como…»es que el gobierno…» o… «es que el sindicato». El mensaje que aparece aquí es que en los casos positivos la gerencia tiene una actitud proactiva y asociativa; mientras que en los casos negativos… «la culpa es de otro». Otra cosa que hemos aprendido es que las alianzas trabajadores-empresarios también deben incluir a las familias de los trabajadores, los vecinos, los proveedores y distribuidores locales y los consejos comunales. Es decir que las empresas necesitan gerenciar el equilibrio en sus relaciones con todos los actores relacionados con la empresa. Y esta amplitud no les sale más cara porque más costoso es no ocuparse y dejar que las sinergias negativas entorpezcan las actividades de las empresas.
En cuanto a la redacción de una nueva Ley del Trabajo, ya hemos encontrado que tanto trabajadores como sindicalistas están claros que la Ley vigente está basada sobre el antagonismo entre trabajadores y empresarios y que ese antagonismo ha contribuido a la ruina que ambas partes. En este caso estamos comparando la Ley del Trabajo que dejó Teodoro Petkoff, con la actual y redactando una versión propia de un país moderno que le proponga al trabajador alcanzar un nivel de vida adecuado en función de contribuir a elevar su productividad, en vez de inculcarle odio contra la mano que le da empleo.
En relación con la propuesta de Reincorporación al Trabajo con Precauciones, tanto los dirigentes sindicales como los empresarios y gerentes que estamos trabajando en este proyecto estamos de acuerdo en que la cuarentena radical no es la respuesta adecuada al coronavirus pues el 94% de la población venezolana que no tienen ahorros no puede quedarse en casa porque se muere de hambre. Por ello las mayorías salen a trabajar, pero lo hacen sin recibir la orientación adecuada ni los apoyos, como mascarillas, geles, instrucciones para laborar con precaución. Esto quiere decir que la respuesta a la pandemia no puede ser lineal, sino que debe responder a un dilema: salud o hambre. En este aspecto, estamos estudiando las mejores opciones y las razones que las acompañan para motivar al gobierno, organizaciones y ciudadanos a cambiar una política que nos lleva a la ruina y a más sacrificios para la población que la enfermedad. Enfermarse y morir es una probabilidad y muy baja, mientras que pasar necesidades, hambre o desnutrición es una certeza para la mayoría.
La razón de ser de una alianza trabajadores-empresarios no es sólo el avance socioeconómico sino también promover el desarrollo de una democracia política más plural. En la política de los países subdesarrollados predominan las relaciones verticales entre cada sector y los gobernantes: los hilos verticales; siendo mínima la existencia de las relaciones horizontales, por ejemplo, la alianza entre trabajadores y empresarios. Las ideologías de los gobernantes y sus políticas más bien se encargan de promover la desunión entre actores no gubernamentales por aquello de “divide y vencerás.” En este caso, estamos tejiendo hilos horizontales -alianzas- entre dos sectores que trabajan codo a codo y cuyos intereses comunes superan con creces sus diferencias, como lo estamos evidenciando a través de las consecuencias catastróficas que ambos sufren por la destrucción de la empresa privada y sindicatos. ¡Será juntos que nos recuperaremos!
José Antonio Gil Yepes
@joseagilyepes