Durante su intervención en el Consejo Permanente de la OEA en el debate sobre la situación de Venezuela, el Comisionado Presidencial para las Relaciones Exteriores, Julio Borges, señaló que el «mundo libre» debe desconocer las cuestionadas elecciones parlamentarias convocadas para el 6 de diciembre.
«Se deben prender todas las alarmas para que el mundo libre no reconozca ese fraude del 6 de diciembre de Nicolás Maduro», expresó Borges.
Sobre las violaciones de Derechos Humanos plasmadas en el informe de Determinación de Hechos de la ONU, el diplomático señaló que Venezuela «quiere un camino hacia la justicia».
«Venezuela quiere un camino hacia la justicia, queremos que los países nos ayuden a renovar los mandatos y a abrir procesos judiciales para que lucha no sea solo un tema de la Corte Penal Internacional, sino que nuestra justicia pueda empezar a investigar a quienes han cometido estos crímenes», señaló.
También se refirió a las acciones que el régimen de Maduro ha emprendido contra diputados del Parlamento, como Juan Requesens.
«Como Requesens hay otros diputados, activistas, también militares como el caso del Capitán Arévalo. En Venezuela quede claro que no se trata de casos aislados, sino de un sistema», aseguró.
Por último, Borges manifestó que «el drama venezolano no es de izquierda o derecha, es una hecatombe que necesita que pongamos a un lado agendas políticas y entendamos que Venezuela es un país en fase terminal. Este genocidio venezolano no es solo un asunto venezolano, es una amenaza», sentenció.
En la sesión de la OEA participaron los distintos cancilleres de la región, así como el secretario general Luis Almagro. Por Venezuela estuvo, además del comisionado Borges, el embajador de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Gustavo Tarre Briceño.