La gente que ha salido a la calle para protestar, lo ha hecho porque no soporta ya los problemas ocasionados por el colapso de los servicios públicos, expresa el sociólogo Daniel Azuaje.
A pesar de la pandemia del coronavirus COVID-19, que obliga a permanecer en su residencia a toda la población, en diferentes estados del país se han originado manifestaciones de calle.
No sólo se ha desafiado el contagio de esa pandemia, sino a las autoridades; pero, en vez de ser oído el clamor popular, el régimen ha respondido con la mayor represión, manifiesta nuestro entrevistado.
Hasta el primer semestre del presente año se habían registrado 4.414 protestas, según datos aportados por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social. Hasta entonces se habían producido dos asesinatos y decenas de detenidos.
No han cesado las protestas, porque la crisis se ha mantenido y a medida que ésta se intensifique, aumentarán las manifestaciones de calle, porque las mismas son producto de la rabia, la frustración y la falta de respuesta de los organismos oficiales, explica el doctor Azuaje.
Ya hoy en día se están produciendo, en promedio, 50 protestas diariariamente, por cuanto los problemas no tienen solución.
No solamente se han presentado protestas por exigencia de derechos económicos y sociales, sino por el colapso de los servicios, particularmente de falta de gas doméstico, electricidad y combustible.
Protestas ha habido en todo el territorio, en unos estados más que en otros, e inclusive en el propio Distrito Capital, porque la gente siente que no son atendidos debidamente las necesidades de la población.
Algunas personas han dicho que el pueblo estaba adormecido, comentó. Eso no es cierto. Lo que pasa es que el pueblo no está organizado, no tiene sino la orientación espontánea que se le presenta al momento de salir a la calle.
Es por ello que esta situación no será cambiada, porque la crisis no está siendo combatida con las medidas pertinentes, presagia. Y se seguirá desafiando el peligro del contagio y las arremetidas de los organismos policiales y militares, ya que existe un desespero ante las dificultades que sufre la mayoría de la población.