Porqué gobiernos que se autocalifican de socialistas tienen como norte principal, antes que las tareas de gestión y administración propiamente dichas, a objeto de lograr una transición de poderes con la menor cantidad de baches posibles y evitando los retardos presupuestarios, se empeñan primero en lograr los más rigurosos métodos de control del pensamiento opuesto?.
Estoy a punto de caer en el generalizado error de todo aquel que intenta explicarse algo y centra su análisis en la institución o instituciones involucradas en el caso particular que se trate y tiñe sus argumentos de varias categorías de subjetividades, ancladas todas en la misma observación equivocada, a saber:
La institución a cargo no planificó adecuadamente.
La gestión fue irresponsable en tal o cual fase o detalle del proceso.
La Gerencia administrativa (Sección Compras) fue incapaz de corregir las corruptelas a nivel medio y existen severos indicios de su participación activa en tres casos de sobreprecios.
Monitoreo inconsistente y arbitrario respecto a lapsos de tiempo entre verificaciones.
Estas y otras circunstancias en casos de corrupción por comisión, por omisión o por dejar hacer y deshacer, se presentan a menudo y se promete averiguar hasta “las últimas consecuencias”, que por lo general son; echarle tierra al caso para dejarlo sepultado o más descarado aún. Hacerse el sueco y olvidar el asunto pues ya huele a niveles de altura.
Dónde está el nudo gordiano, el eje y núcleo de estos y de cualquier otro caso de dolo, comisiones, sobreprecios, etc: La respuesta es más simple que una lechuga. Existe un determinante único. El hombre. Ese personaje calificado” la medida de todas las cosas” es el único responsable de lo bueno, creativo, hermoso y positivo que podemos ver en el mundo. Y es también el culpable de todo cuanto es pérfido, ruin, dañino, perverso, y execrable. No importa cuántos códigos de ética colmen los estantes o las bibliotecas de los Colegios profesionales de las disciplinas científicas, técnicas o humanísticas existentes y cuántos tratados de moral –sea ésta relativa o absoluta– sustenten los principios éticos constituyentes de un código de conducta profesional. Los resultados que se obtengan serán los que decrete la formación recibida, la educación asimilada, los principios y valores inculcados por padres, tutores y maestros en el marco de un entorno social que ha devaluado mucho su calidad ética en el alocado empeño de valorar en forma desmedida el éxito económico, la competitividad y el tener, acumular cosas y objetos.
Enfocan las personas su fuerza creativa y propósitos de vida muy lejos de la búsqueda del bien y lo útil por cuanto significan en si mismo y la benéfica influencia en el destino global de la vida orgánica en el planeta. No obstante es el tipo de consideración menos valorado al analizar el proyecto de gerenciar una vida.
Nunca será censurable querer ascender en alguna de las formas legítimas a nuestro alcance y que esto sea producto de un plan de vida asertivo, estudiado y seguido progresivamente con un sano empeño volitivo, y sin duda es tarea que puede cultivarse y acrecentar su peso como incentivo para el logro, sin menosprecio por comportamientos ajustados a principios de sanidad moral. En mi tesis sobre “Moral y Ética del Ejercicio del Peritaje”, presentada para el grado de Perito Naval en la Escuela de Estudios Superiores de la Marina Mercante, aludo varias veces a estos propósitos y su encuadre, pues tanto en lo individual como en lo social, ética y moral rigen y aplican por igual en las normativas o prescripciones que admite una época para una sociedad determinada. Para fijar patrones descriptivos aplicables a la conducta individual y de grupos; y metodizar las disciplinas creativas que establecen los juicios de valor correspondiente a tales conductas.
Concluyo ese capítulo de la tesis, asociando mi criterio al del maestro Pedro Damián Ouspensky. El va más allá de lo moral como imperativo en el canon de la Ley. La hace trascender y convierte en herramienta del conocimiento superior. Deja de ser convención de una época o necesidad histórica de un momento. Es un supra valor para acceder a las más elevadas formas del saber. Sin moral no puedes ser, ni cultivar tu alma y crecer en el espíritu, ni saber y entender la íntima relación de las categorías del entendimiento.
Todo ser humano guarda una inquietud por conocer más, por saber y comprender mejor la función de las inter-relaciones entre él y sus semejantes y entre él como ser consciente y el entorno en el que convive, bien sea como célula social, o como conjunto orgánico de un hábitat, sea natural, citadino, o salvaje. Hoy se suma a esta inquietud la necesidad de limpiar la casa cósmica sin causarle más daños de los que ha soportado y valorando la vida en todos sus estratos y dimensiones sin discriminar especies animales o vegetales
Nos toca hablar y comentar acerca de la mentira, tema que varias veces se me ha escapado de un tratamiento en profundidad. La mentira es amoral como en efecto también lo son sus cultores, destacando en el selecto grupo los activistas políticos. Por lo general sus mentiras no son cualquier cuentito para oscurecer una breve cita de ocasión, nada de eso. En propiedad son mega-mentiras. Obras descomunales en volumen, dado el tamaño del muerto que piensan ocultar, pero muy breves de contenido (mejor mientras más breve) y cuya trama no puede ser más compleja que la del lobo y la caperucita. Atención, la brevedad argumental (de contenido) y la simpleza de su trama obedecen (condición sine qua non) al target al que se dirige el bulo del que serán fidedignos repetidores minuto a minuto. Valga de ejemplo la inmensa tontería de la destrucción de la industria petrolera y de las industrias básicas de Guayana por culpa de Trump y su guerra económica contra la soberanía del pueblo sagrado de Bolívar.
El colmo de semejante mentira es que la hermana república que nos socorre y abastece de combustibles es la República de IRAN, sometida a mayores presiones y desde tiempos anteriores a las presiones contra Venezuela no solo económicas sino de muchos otros géneros, por el conflicto militar del intento Iraní de construir armamento atómico.
Y entonces, cómo es posible que ante semejantes presiones sustentando la guerra contra su economía, las refinerías iraníes continúen procesando crudos y produciendo refinados de todo tipo.
Item más, obligatorio: El complejo refinador venezolano destrozado por la inepcia gerencial del régimen, sus erradas políticas ilusorias, y el irresponsable descuido del monitoreo y seguimiento constante de los planes de mantenimiento, acabaron con refinerías que procesaban 1,5 mbd. Y si las cifras le provocan lágrimas, arrecherones y rayados de madre, por favor no olviden que al derrumbe de las refinerías se suma la debacle dela producción de petróleo, cuyo retroceso es de apenas cien años. La producción petrolera actual es la misma que la del año 1923.
Pedro J. Lozada