Acudo a esta antigua forma de expresión escrita para exigirles pongan fin a su residencia en Venezuela, luego de un matrimonio entre ustedes que ha sido nefasto para la vida de un pueblo inocente que tuvo la desdicha de darles un sitio entre nosotros al verlos disfrazados de ilusión de igualdad y riqueza para todos.
Usted señora Ansiedad hizo prontas victimas cuando bajo la amenaza del comunismo, ya hecho realidad, se dio a la tarea hace dos décadas de crear un estado de pánico colectivo que desplazó a la razón y la sindéresis para que su esposo el desespero manipulara a nuestros dirigentes para la aplicación de estrategias democráticas, a sabiendas que el país ya estaba bajo las garras de personas inescrupulosas que se burlaban de los contenidos morales insertos en la abstención, las huelgas de hambre y otros estilos de lucha que solamente funcionan ante adversarios decentes y para nada sirven cuando desde el Poder toda disidencia es un bando enemigo que debe ser sometido con el uso de la violencia.
Usted, indeseable desespero, en cada oportunidad que su pareja la Ansiedad coloca a los políticos en encrucijadas mortales, hace uso de sus destrezas infernales para meter a estos dirigentes por un atajo de última hora, sin que nadie recuerde que el buscar salidas rápidas ha sido uno de los mejores instrumentos para que ustedes como matrimonio vivan con toda comodidad, a expensas de nuestra impericia para lidiar con regímenes totalitarios.
A muchos podrán engañar ustedes con sus consejos pero hay entre nosotros gente que ha entendido sus prácticas satánicas, personas que llevamos registro mental de sus diferentes ardides para mantenernos bajo control sicológico. Luego de estudiar bien sus esquemas de dominación hemos descubierto que existe un antídoto eficaz para neutralizar el veneno que ustedes a cada rato inyectan sobre partidos políticos y sectores sociales de vanguardia. Ese poderoso antídoto al que ustedes temen como si fuera un ángel vengador la Unidad. Esa unidad que logre convocar al pueblo de manera masiva y activa, esa unidad donde se sienta la sinceridad y claridad de propósitos, esa unidad que es la fuerza que derrumbaría su castillo de arena y facilitaría la ayuda internacional que se nos está brindando.
En estos momentos. Cuando el régimen que los usa a ustedes como matrimonio demoniaco, se encuentra en el peor momento de su existencia, ustedes se han puesto a trabajar sobre tiempo contra esa unidad que tanto necesita el pueblo venezolano. Han comprado voluntades con dinero y a quienes no reciben dinero los han confundido usando su ego para convertirlos en aliados del abismo.
Así tenemos que ante el simulacro electoral han generado un enredo monumental donde incluso han intervenido figuras tutelares de la bondad y la misericordia, propiciando deslindes entre dirigentes que contra viento y marea habían navegado en el mismo barco .Promoviendo también ataques de quienes nunca han entendido que buscar el aplauso de la gente que sufre, es una trampa que ustedes han diseñado para alejar las soluciones factibles, ya que mucha gente prefiere la palabra que exprese su rabia a los caminos reales que nos saquen del infierno que vivimos.
Pero sepan ustedes, detestable matrimonio, Ansiedad y Desespero, que entre nosotros se ha reinstalado ya una fuerza contra la cual ustedes nada pueden, el manto de la Fe. Ustedes serán derrotados y Dios permanecerá con nosotros. Así que esta carta de catarsis es también un mensaje de despedida. A su matrimonio le queda poco tiempo de influencia. Palabra cierta y escrita sobre piedra.
Jorge Euclides Ramírez