“El Dr. Juan Pablo Pérez Graterol”.
Fueron 38 los años que desempeño su cargo con profesionalismo, humildad y talante humano que lo hacen evocar con “agradecimiento y gratos recuerdos”.
Así lo describen quienes lo conocieron, acotando que a él no le importaba que los buscasen a altas horas de la noche para trasladarse a la casa de habitación de un enfermo.
Su amigo, el primer gobernador del estado Portuguesa durante el periodo democrático, quien era un acérrimo militante adeco, hermano de Luis Herrera Campins presidente de Venezuela, quien fue un vehemente militante copeyano, en semblanza escrita de su puño y letra y publicada en prensa, lo describe como (Cito):
“…El arquetipo del médico humanitario desinteresado, siempre receptivo al llamado del prójimo, doliente, de imborrable recuerdo a la memoria de los araureños al que dedicó, sin limitaciones, su abnegado ejercicio profesional, de trato afable, sencillo en las costumbres, pausado al hablar, su natural modestia disimulaba la valía de su saber científico, ajeno a la ostentación y al vano exhibicionismo…” (Fin d la Cita).
Fue miembro fundador del Colegio de Médicos del estado Portuguesa, en el año 1942, acto donde fue nombrado como Vice-presidente de esa institución. Ese mismo año, 1942, fue fundado el “Liceo Páez”, donde fue profesor de francés (y creo que de biología), en forma gratuita.
Durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, a Juan Pablo Pérez Graterol, aquel larense guariqueño, adoptado por el llano en la tierra del general Páez, heredero de los principios y valores demostrados en la sangre derramada por los estudiantes inmolados en la “Batalla de La Victoria”; digno representante de la heroica muchachada conocida como la “Generación del 28”, se le revolvió el espíritu libertario heredado de nuestros padres libertadores, e igual como lo hizo contra la dictadura del abominable Juan Vicente Gómez, lo hizo contra el tirano Pérez Jiménez, y… otra vez fue a prisión.
Aquí cabe otra acotación, narrada por uno de sus nietos, Germán Loyo Pérez, durante la oprobiosa dictadura de Pérez Jiménez, Cynthia Margarita, su hija mayor y su esposo, el Dr. Oswaldo Loyo (médico pediatra que ejerció en Acarigua y Araure), le dieron cobijo clandestino al Dr. Hernán Cortez, porque era perseguido por la Seguridad Nacional.
Entrada la democracia, ejerció diferentes cargos públicos en los cuales actúo de forma destacada, como era su característica principal.
Cabe destacar que su adversario político don Rómulo Betancourt, durante su mandato presidencial… “Lo condecoró”.
Tal vez don Rómulo, siendo presidente, decidió reconocer la labor de mi tío al haber recordado aquellos días de prisión, los grilletes, vejámenes y torturas soportados en la cárcel de “La Rotunda” y en el “Castillo Libertador de Puerto Cabello”, donde, entre otros, compartió calabozos con Jóvito Villalba, Raúl Leoni, Gustavo Machado, Pio Tamayo, Miguel Otero Silva, Andrés Eloy Blanco, con el mismo presidente don Rómulo Betancourt y… con papá.
No recuerdo si fue durante el año 1962, cuando, como era costumbre, disfrutaba de mis vacaciones en Araure y, frente a la conocida “Quinta Metalucyarbe”, un día apareció una camioneta Opel (recuerdo que era de color verde agua), de agencia… Era un regalo que, en agradecimiento, le dio a mi tío la gente de los barrios pobres de Araure, de Acarigua, y tal vez… la de Pimpinela.
El 16 de julio de 1976, con su despedida física marcó un hito… Continuará.
Maximiliano Pérez Apóstol
