Juan Pedro Franco, quien en 2017 obtuvo el récord Guinness como el hombre más gordo del mundo, tuvo que enfrentarse a otra prueba con muchos riesgos en su vida: dar positivo a COVID-19.
Al momento de recibir el récord, pesaba 595 kilos, ahora, pesa 208, pero tiene muchas enfermedades por su obesidad. Esta situación, lo convertía en un paciente muy propenso a fallecer a consecuencia de la COVID-19.
“Es complicado porque es una enfermedad muy agresiva. Tuve dolor de cabeza, de cuerpo, se me iba el aire, fiebre. Era una persona con mucho riesgo”, dice Franco a la AFP.
Cabe destacar que en México, uno de cada cuatro fallecidos (a la fecha unos 74.400) padecía sobrepeso, al igual que la quinta parte de los más de 700.000 contagiados.
“Pacientes que son diabéticos, hipertensos, que tienen enfermedades cardíacas, son más susceptibles de sufrir complicaciones graves”, explicó el doctor José Antonio Castañeda, al frente del equipo que trató la obesidad de Juan Pedro.
A pesar de que tenían pocas expectativas de que pudiera superar el coronavirus, Franco fue la excepción, y sobrepasó la enfermedad.
Franco acotó que probablemente el tratamiento que utilizó para perder peso le ayudó a vencer la COVID-19.
“Me sirvieron mucho para controlar el peso, la diabetes y la hipertensión, fue lo que me ayudó a que no se agravara. Él (Castañeda) me tiene ya sin medicamentos para el azúcar y la hipertensión. Eso me ayudó demasiado para que yo aguantara la enfermedad”, acotó.
Sin embargo, no todo fueron buenas noticias. Su madre de 66 años, quien estaba pendiente de su salud, falleció a consecuencia del coronavirus.
“Lamentablemente ella ya no está y ahora nos tenemos que acostumbrar y pues nosotros también tenemos que empezar a hacerla por nosotros mismos”, expresó Franco.