Este jueves 17 de septiembre se cumplen seis meses desde que inició la cuarentena en Venezuela. En 182 días los barquisimetanos han tenido que lidiar no solo con el coronavirus sino también con la escasez de gasolina, insuficiencia de agua potable, fallas en el internet y los constantes cortes de electricidad.
Todos los ciudadanos están conscientes de que necesitan poner algo en la mesa de sus hogares. El horario de circulación en la calle durante la pandemia pasó desapercibido en una ciudad donde solo reina la indiferencia, frustración y tristeza por la aguda y severa crisis que atraviesa el país.
En el centro de Barquisimeto, todas las personas andan con sus tapabocas, pero nadie respeta el distanciamiento social para protegerse de la COVID-19. En la avenida 20 y 21 abundan las motocicletas y bicicletas como transporte de los ciudadanos ante la escasez de gasolina que persiste en Lara desde que comenzó el coronavirus.
En los negocios el dólar lleva las riendas. Todos los productos están cotizados en la moneda estadounidense. Nadie cree en la fuerza del bolívar. La mayoría de los barquisimetanos hacen compras en divisas y solo un pequeño porcentaje continúa pagando en bolívares.
Los establecimientos de ropas y zapatos abren sin tomar en cuenta el decreto implementado por las autoridades regionales. La crisis y la hiperinflación obligó a los comerciantes a recurrir a otros mecanismos de ventas. Algunos trabajaban con sus puertas cerradas y los clientes pueden entrar por lugares clandestinos para adquirir sus mercancías.
Luego de decretarse la cuarentena el pasado 17 marzo, Carmen Meléndez activó las pocas unidades de Transbarca que ahora están en circulación. Las paradas, tanto en cuarentena radical como flexibilizada, lucen abarrotadas por la ausencia del transporte urbano que prácticamente desapareció de la ciudad.
En las principales avenidas los ciudadanos siguen viendo cómo pasan las horas de su vida sumidos en una cola, no solo para comprar alimentos o medicinas, sino también para echar gasolina. La opinión pública reclama una solución.
En estos seis meses de cuarentena Lara ha acumulado 1.106 casos de COVID-19, de los cuales más de la mitad se concentra en el municipio Iribarren. Actualmente, 354 personas permanecen activas con el virus y 677 están recuperadas. Sin embargo, en los centros de salud de la entidad siguen llegando más personas infectadas del virus.
