La decisión es firme y determinante: los educadores no se incorporarán este miércoles a clases.
Coincidieron en esa determinación Frank Andrade, secretario general nacional del Colegio de Profesores de Venezuela y Orlando Herrera, máximo dirigente del Sindicato Unitario del Magisterio del estado Lara (Sumalara), entrevistados, separadamente, por Elimpulso.com.
Ambos fueron categóricos en sus declaraciones al asegurar que no existen condiciones para iniciar el nuevo año lectivo 2020-2021.
Razones de peso
Frank Andrade enumeró lo que denominó razones de peso que impiden, en el país, comenzar un año de actividades docentes:
Deprimentes condiciones salariales: El promedio de ingresos que tienen los educadores es de 5 dólares mensuales. El Banco Mundial ha establecido que un trabajador que devengue 1 dólar por día se encuentra en condiciones de pobreza extrema. La moneda que se ha impuesto en Venezuela con el consentimiento del régimen y el propio Tribunal Supremo de Justicia, es el dólar. En consecuencia, los profesionales de la educación no pueden seguir percibiendo pagos miserables.
Impracticable sistema de educación a distancia: Las autoridades han decidido la implementación de clases a distancia, pero no han dotado a los planteles de los equipos tecnológicos indispensables, ni tampoco a los educadores les han suministrado computadoras, ni teléfonos inteligentes. Al mismo tiempo, internet sólo tiene una cobertura del 34 por ciento de la población. Padres y representantes no disponen de recursos para adquirir los dispositivos para sus hijos y representados. Y el Estado no garantiza el servicio eléctrico durante el horario de clases.
Planteles inadecuados: Desde marzo, cuando fueron suspendidas las clases para evitar el riesgo de la propagación del coronavirus COVID-19, no se aprovechó el tiempo para mejorar la infraestructura de los planteles y fueron dejado en el completo abandono. La maleza ha rodeado las edificaciones, éstas han sido desmanteladas por el hampa y existe un estado de insalubridad que impide que haya clases presenciales, porque no se dispone de desinfectantes, ni de agua, ni jabón. Y en muchos casos carecen hasta de instalaciones eléctricas porque fueron robadas.
Falta de protección: Hasta ahora no se ha anunciado la dotación de equipos de bioseguridad para los docentes, que tengan que impartir clases a distancia desde los planteles.
No hay garantías de transporte: La falta de gasolina, que ha mermado considerablemente el servicio de transporte público, impide que los docentes puedan trasladarse a sus sitios de trabajo. No se ha considerado el número de docentes que viven fuera de la ciudad.
Los docentes no sólo perciben salarios miserables, sino que están desprovistos de asistencia médica y de seguros. Dentro de la situación de emergencia sanitaria que vive el país, la salud de los educadores corre gran riesgo, sobre todo desde que la pandemia ha avanzado vertiginosamente y no se cuentan con recursos médicos y económicos para enfrentarla debidamente.
Apoyo de las comunidades
Orlando Herrera manifestó que la posición asumida por Sumalara también es la misma que han tomado el Sindicato Venezolano de Maestros del estado Lara (Sinvemal), el Sindicato de Educadores del estado Lara (Sutelara), el Sindicato de Maestros y Profesionales Técnicos en la Docencia (Sinprotec) y la Federación Nacional de Colegios y Sindicatos de Trabajadores Profesionales de la Educación de Venezuela (Fenatev).
Se refirió a los mismos planteamientos hechos por Frank Andrade con respecto a la falta de condiciones para comenzar un nuevo año escolar.
La educación en Venezuela es tan gratuita que los educadores trabajan gratis, porque lo que perciben no les alcanza para nada, ya que tienen que subsistir haciendo otras actividades, comentó. Esa es la realidad que las autoridades educativas no quieren reconocer.
En este sentido dijo que tanto los educadores como los trabajadores que trabajan en el sistema educacional ya no tienen contratación colectiva, porque el régimen desconoció todos los derechos que habían alcanzando durante años de lucha sindical y gremial.
Pero, ahora no sólo hemos tomado una decisión firme, inalterable, determinante, sino que estamos siendo apoyados por las comunidades.
Éstas nos respaldan, dijo, porque saben realmente lo que está pasando, ya que somos indispensables en la formación de los educandos.
Podrá haber mucha tecnología, nuevos equipos, pero si no son puestos a la disposición de las escuelas y de los educadores, de nada sirve.
Y esa es la lucha que estamos librando en estos momentos, porque queremos que la educación sea de calidad y que pueda servir para la formación de los niños y jóvenes.
Pero, lamentablemente, no hay apoyo de las autoridades educacionales y es por eso que más de diez mil educadores, en Lara, no se incorporarán a sus actividades porque los reclamos que estamos haciendo son justos y necesarios, expresó Herrera.