La facilidad con que se traen productos colombianos, a través de las trochas, ha alcanzado también a las medicinas, que allá se venden en la calle, sin garantía de calidad y sin ningún control médico. Ahora aparecen estos medicamentos “importados”, en los estantes de algunas bodegas en el Táchira, donde son vendidos en pesos y, por supuesto, sin ningún tipo de seguridad para su uso.
Así, en varios locales comerciales exhiben fármacos como Loratadina, Losartán, Amlodipino, Acetaminofén, Atamel, aspirinas y pastillas para el dolor de garganta o la fiebre; sobrecitos de polvitos para la gripe, en fin, sin contar los que no se exhiben, todos de manufactura colombiana, que son de libre expendio, y con su precio, por supuesto en pesos, pero sin ninguna garantía de calidad.
Desde hace tiempo, en varias oportunidades se han conocido casos de existencia de “laboratorios caseros” en el vecino país, que han sido desmantelados por las autoridades, en los cuales fabrican pastillas de harina de papa o de plátano, encapsuladas o convertidas en grageas, que son vendidas al público como si fuesen realmente medicinas, con las consiguientes consecuencias.
La escasez y los altos precios del mercado farmacéutico en Venezuela impulsan este tipo de actividades, desarrolladas y aprovechadas por irresponsables, quienes no piensan en los riesgos que puede tener para la salud del público despreocupado que las adquiere, el consumir este tipo de “medicamentos”, y en el mejor de los casos, la estafa que se pueda estar cometiendo con tal engaño.
No todas son piratas
Si bien no todas las medicinas expuestas en esos locales son irregulares en su fabricación, pues muchas proceden de empresas formales establecidas en Colombia, el riesgo de irregularidades es enorme, dada la demanda que tienen ahora esos medicamentos, y las ansias de hacer dinero fácil de muchos irresponsables, además de que, aun siendo productos de calidad, el manejo de los mismo, tanto en la manipulación como en la exposición, muchas veces por largos ratos al sol, afectan la composición de los medicamentos.
Consultado al respecto un farmacéutico, dijo que en Venezuela no es permitida la venta de medicinas en locales distintos a las farmacias legalmente constituidas, con su farmacéutico regente.
Explicó que, según su conocimiento, en el Táchira solo hay cuatro droguerías oficialmente autorizadas para importar medicinas, pero solo para su comercialización en farmacias, por lo cual se ve extraño que en los armarios o anaqueles de este tipo de comercios se observen tales medicamentos, mientras que no ha sido denunciada la irregularidad o las autoridades no han iniciado acciones en contra de esta peligrosa oferta de medicamentos sin control.
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