Solo el 14% de los hogares venezolanos, que representan unos 4 millones 510 mil habitantes en todo el territorio, recibe gas metano que se distribuye en forma directa a los hogares, donde hay una disponibilidad del 80%, mientras que el 86% de la población, equivalente a 27 millones 710 mil habitantes, reciben el gas propano cuya disponibilidad es de apenas el 8% y se utiliza a través de las bombonas y por tener menos disponibilidad es el que tiene mayor demanda.
Así lo dio a conocer, Raúl Córdoba, en el marco de un encuentro organizado por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice-Libertad) para dar a conocer los estudios que realiza esta organización, de temas que tienen una incidencia en la vida de los venezolanos, y que en esta oportunidad se ha denominado, “El retorno a la era de la leña”.
Reveló que entre las razones que contribuye a la reducción de la oferta de gas en el país, destaca la reducción de la producción que ha caído en un 40% desde el año 2010 hasta esta fecha, por razones técnicas, económicas y unas razones subterráneas como es el uso inadecuado de los recursos, la apropiación de algunas empresas que hacían vida en la cadena de valor de la explotación del gas y otras situaciones naturales que han significado esta caída de la producción, mientras que el mercado local mantiene una demanda más o menos similar en todos estos años.
Otro de los aspectos que restringe el uso normal del gas para el uso como combustible en las cocinas, es la paralización de Sidor, que generó la caída en un 90% de la producción de las bombonas, ya que sin las bombonas resulta imposible distribuir este producto, explicó que se hicieron algunos ensayos utilizando otros materiales como el plástico, pero fracasaron porque no se hicieron las inversiones necesarias para el desarrollo de esa línea de productos.
Un tercer aspecto tiene que ver con los controles de precios alrededor de este mercado, lo mismo que ha ocurrido con otros servicios básicos. Dijo que una bombona de 10 kilos de gas, que es la promedio y se usa en los hogares en un mes, tiene un valor comercial de 15,0 $, mientras que en Venezuela está regulado desde hace más de tres años, en 0,7 centavos de dólar al tipo de cambio actual, lo que no representa los costos de producción, almacenamiento, de fabricación de la bombona, indicando que esta es la situación actual de la industria del gas en Venezuela.
Cordova recordó que en el 2007 habían 38 empresas para el desarrollo de la cadena de valor, 82 empresas de llenado, 278 distribuidores al detal, 107 sub distribuidores y 15 empresas distribuidoras de bienes y servicios, esquema de plataforma de la industria estaba combinada con empresas privadas y empresas públicas, que hacían vida en el desarrollo del sector, constituyendo un 71% de efectividad, es decir que este volumen de población no tenía problemas para acceder al gas, a través de bombonas o de tuberías, el resto tenía un acceso limitado.
Explicó en en estos momentos del 86% de la población, un 60% está utilizando la leña para resolver el problema de la cocción de sus alimentos, debido a que la electricidad es un servicio público casi inexistente en el interior del país.
Señala que el 27 de Noviembre de 2007 se creo Pdvsa Gas Comunal, de la cual formaría parte del Gobierno, apropiándose de una buena parte de la cadena de valor, mientras que para el 2010 ya hay un control total de todos los eslabones de la cadena, distribuido en un 56% en empresas de propiedad social directas comunal y 44% de empresas mixtas.
Toda esta apropiación de la estructura de la producción, estas empresas comenzaron a distribuirse la caída de cada uno de los rubros de la cadena de valor, la producción cayó en menos dos refinerías, dos plantas procesadoras menos y dos plantas de distribución menos para el desarrollo de esta producción; agregando que también en el sector transporte hubo una disminución afectando la distribución del gas, lo que abrió paso a la constitución de mercados paralelos. Añade que en estos momentos hay 3 millones de bombonas menos debido a que cumplieron su vida útil y esto hace que cada vez sea más difícil llevar el gas hasta los hogares.
Advirtió que si la senda de desarrollo hubiese continuado su curso inicial, caso el 90% de los hogares contaría con gas directo, pero lo que se observa es todo lo contrario, solo un 14% tiene gas directo y el 86% depende de las bombonas.
Se refirió al impacto que esta teniendo el uso de la leña para cocinar, señalando que el alto porcentaje de pacientes que ingresan a los hospitales, presentan problema bucofaringeos, lo cual se debe a la exposición al humo o a las brasas de la leña, lo que no solo tiene consecuencias económicas y retraso en la modernidad, sino que también se registran afectaciones de la salud.
El Observatorio de Derecho de Propiedad propone tres soluciones: una atenuante, aumentando las importaciones para cubrir la demanda, existiendo un déficit de 30 mil barriles diario de GLP, lo cual requiere de músculo financiero y flexibilizar la permisología; una solución necesaria, con inversión privada, libre iniciativa empresarial para la ampliación, para buscar reservas no convencionales, dotación y reacondicionamiento y formación y una solución suficiente que contempla la privatización, que requiere un proceso de reingeniería de la cadena de valor y con una amplia participación del sector empresarial privado.