El Movimiento Escuelas contra el fraude ha surgido para advertir tanto a educadores como a padres y representantes que, en este momento, no hay condiciones mínimas para el funcionamiento de 22 mil planteles en el país.
Al respecto, el profesor Pedro Pablo Alcántara, quien lidera esa organización, dijo que la convocatoria hecha por Aristóbulo Istúriz, ministro de Educación de Nicolás Maduro, de iniciar la próxima semana el nuevo año escolar, atenta contra educadores y educandos.
Porque los planteles carecen de agua, elemento fundamental para el lavado de manos con jabón, que es exigido como medida preventiva contra el COVID-19.
Si no hay agua, mucho menos va a haber jabón, comentó.
Además, esas instalaciones han sido dejadas en el abandono por el régimen y los antisociales se han llevado todo lo que han querido, debido a la falta de vigilancia.
No se puede desarrollar clases presenciales porque la pandemia ha cobrado demasiada fuerza en Venezuela, donde el servicio de salud es deficiente y no hay equipos, ni prevención suficiente, como se demuestra que al momento ya hayan fallecido más de 130 personas, incluyendo médicos, que venían atendiendo a los pacientes del terrible mal.
Constituye una grave irresponsabilidad llamar a clases, porque millones de educandos y miles de educadores serían expuestos a contraer la enfermedad.
Conviene resaltar que los hospitales, tanto los ordinarios como los habilitados para funcionar como centinelas, no ofrecen garantía alguna de buena atención por falta de medicamentos.
El movimiento Escuelas contra el fraude está advirtiendo, en todo el país, el peligro que existe si hay apertura de clases presenciales.
La situación es muy preocupante y es de señalar que tampoco la educación a distancia pueda funcionar por razones obvias: hay fallas eléctricas todos los días y el servicio de Internet es el peor del mundo.
Sólo hay que remitirse a las investigaciones de Wordwide Broadband Speed League.
Y lo podemos comprobar en cualquier parte, porque hay sitios, por ejemplo en Barquisimeto, que en el norte desde hace un año o más no tienen internet.
Hay urbanizaciones de Cabudare que ya tienen ese problema desde hace un mes. Esta es una situación que se vive en toda Venezuela, pero Istúriz ni se ha enterado, reclamó Alcantara.