Cada época tiene sus ideas, cambios y hombres que la caracterizan. De ese modo el italiano Leonardo da Vinci es uno de los máximos representantes del periodo del Renacimiento en la historia de la humanidad con su salto transformador de la atrasada Edad Media a la modernidad del Renacimiento.Un sabio que destaca por su amplia participación en la búsqueda del conocimiento cultural y la verdad científica. Un hombre polifacético con su mensaje de cambio cuando hacerlo constituía una temeridad. Eso era exponerse al peligro de ser quemado por la dogmática Inquisición con su catecismo de errores y mentiras inapelables.
Es el testimonio de un tiempo en la evolución de la humanidad. Los trece siglos de oscurantismo que significó la Edad Media tienen su contra parte en el Renacimiento a partir del siglo XV. En el Renacimiento se originan las ideas de la filosofía del liberalismo que se consolidan en el siglo XVIII durante la Revolución Francesa. Estos ideales son los de la libertad de pensamiento y de conciencia, la emancipación del individuo y el principio de la democracia liberal con su división de poderes. Las formas de vida política más avanzadas conocidas por el hombre en que impera la creación en el arte. Las sociedades abiertas con su libertad odiadas por todas las formas de totalitarismo de izquierda y derecha.
El Medioevo sumerge al mundo en el más espantoso oscurantismo y atraso en todos los órdenes de la vida del hombre. El Renacimiento es la respuesta a esa situación. Es lo que explica las visiones racionales y libertarias de sus representantes, entre estos da Vinci. Su práctica artística y científica por el renovador pensamiento del liberalismo acompañado en lo económico por el capitalismo comercial y la moneda mientras que en lo político se implantaban los nuevos estados nacionales al tiempo que se realizaban los viajes trasatlánticos, entre estos el de Cristóbal Colón a la América.
El artista comienza a dejar de ser un artesano del feudalismo para convertirse en un intelectual liberal con un amplio espíritu de libertad, aunque todavía sometido al mecenazgo de los poderosos. Por ello choca con un sistema social, religioso, político y económico resistente al cambio.
Este gigantón de casi 2 metros de estatura va contra la corriente lo cual es mal visto por los factores de poder dominantes entonces. Con sus actividades desafía a los espacios existentes, entre estos el religioso fundamentado en el inamovible dogma cuya base filosófica es la escolástica. Su obra se convierte en un atrevimiento por lo que debe medir sus pasos. Pues tal vez sin quererlo plantea el rompimiento con la ley, la tradición y el orden. Es el eterno dilema de los genios. Un hombre de ciencia y arte en un mundo cerrado y poco tolerante a los cambios.En su época Da Vinci era un hombre moderno e innovativo, lo cual le causó problemas con las autoridades. La temida Inquisición que le puso encima sus ojos escrutadores. En él se juntaron certeramente arte y ciencia.
Casi hasta el final de su vida tuvo que lidiar con esa hostilidad. Cuando viaja a Francia lo hace ante la inseguridad que sufría en Italia donde era percibido como un blasfemo. Por ello se marcha a Francia donde es protegido por el Rey Francisco consciente del valor de su obra. En ese país encuentra la tranquilidad que un genio necesita para desarrollarse.
Con este florentino aprendemos que las revoluciones del mundo no son solo las sociopolíticas apuntaladas en la violencia. Lo son también las revoluciones tecnológicas, ideas, conocimiento, progreso, inventiva, trabajo y producción económica generadas por la inteligencia y transformación del hombre. Es tal la magnitud de su genialidad que algunos teóricos le atribuyen orígenes extraterrestres y mensajes crípticos en sus obras sobre Jesucristo y el cristianismo.
Leonardo da Vinci es un pintor del Alto Renacimiento durante el siglo XV, urgido por la necesidad del cambio en las formas de pintar en rotura con la estática tradición. Así entre sus aportes se cuenta la expresividad de los rostros, dinamismo gestual y la profundidad espacial en la composición negado durante la Edad Media. Su obra encaja en los nuevos principios de la pintura establecidos durante el Renacimiento con plena vigencia hoy. Con su nueva estética junto a otros artistas desplaza a la metafísica en el cuadro en que la Iglesia había sumido al pintor. La nueva manera de pintar a partir de otra composición que dejó atrás la inmovilidad en las artes plásticas dominante durante los 10 oscuros siglos de la Edad Media.
El florentino figura entre los que encabezan ese movimiento impulsor de esos cambios. Proceso que conlleva al surgimiento de los principios de gran parte de las artes plásticas actuales. Ello en el marco de la mundialización de entonces entre cuyas manifestaciones tenemos la expansión del capitalismo mercantil necesitado de nuevos mercados y fuentes de materias primas.
Dos de sus pinturas: La Última Cena y La Mona Lisa siguen ocupando el centro de la polémica y el interés del público universal. En el año 2018 su obra La Mona Lisa, exhibida en el Museo de Louvre de París, batió récord de visitantes, La obra pictórica más vista por franceses, norteamericanos, chinos y españoles. La Última Cena es un cuadro con códigos y misterios aún no descifrados con lo cual quizá intentó comunicar el pintor algún mensaje como la presencia de la Magdalena, el arte de la música, el temor y evasión ante el acoso de la demoledora maquinaria religiosa y política imperante entonces en Italia.
En mayo de 2019 se cumplieron 500 años de su muerte en Francia.Con tal motivo el Museo Louvre organizó una monumental exposición de algunas de sus obras plásticas, objetos, documentos y pertenencias del artista y científico. Un evento que requirió 10 años de organización y que por estos días está llegando a su final.Ello en recuerdo permanente de un genio al que se le respeta, comprende y reconoce.
Freddy Torrealba Z.