La crisis de la gasolina ha recrudecido la falta de transporte en el estado Lara. Las pocas unidades operativas que quedan en la ciudad están esperando surtir gasolina en las estaciones de servicio de Barquisimeto que mantienen largas colas de hasta 10 días.
Aunque la crisis del transporte estaba mucho antes de la pandemia, el nuevo coronavirus empeoró la situación del sector. Después de casi 5 meses sin trabajar los trabajadores del volante han agotado sus ahorros y ahora no tienen cómo alimentar a sus familias, dijo Giovanni Perozo, secretario del Sindicato Automotor en Lara.
Aunque en el mes de julio protestaron ante la gobernación del estado Lara, la situación sigue igual. Solo unos pocos autobuses pueden trabajar en semanas de flexibilización y es porque funcionan con gasoil. Las unidades a gasolina no tienen prioridad en las estaciones de servicio y pierden días intentando surtir gasolina.
Transportistas de la ruta 7 indicaron a Elimpulso.com que han tenido que comprar gasolina en 2 dólares el litro pero para su uso personal y hacer transporte privado ya que cobrando el pasaje a 10 mil bolívares no cubran el gasto de la gasolina, sin contar otros insumos necesarios para poner en marcha sus vehículos, como aceite, cauchos, y otros repuestos.
Nelson Mosquera comentó a Elimpulso.com que con la escasez de gasolina temen que desaparezca el transporte como un negocio. “Tengo más de 20 años en esto, mis papas levantaron a la familia con una buseta, no éramos ricos, pero nos daba para vivir, con esta situación todo lo que hacíamos antes ahora no vale nada”.
Por su parte Julio Arrieta comentó que el transporte en Barquisimeto daba para vivir. “A mi y a mi familia nunca le faltó nada. Con lo que hice con un autobús, pude comprar otro, porque antes los bancos daban créditos, ahora ni una cosa ni la otra. El gobierno no deja trabajar. Quieren que uno se muera de hambre”.
En todas las estaciones de servicio en Barquisimeto hay colas para surtir combustible, y en ellas numerosos transportistas han dormido durante varios días para surtir combustible, esperando una oportunidad para volver a trabajar.