«Son vanas y están plagadas de errores las ciencias que no han nacido del experimento, madre de toda certidumbre»
Leonardo Da Vinci
La firma de consultoría y capacitación de Michael J. Gelb, The High Performance Learning Center, adquiere clientes del nivel de IBM, Pfizer, Mattel, Microsoft. Gracias a su brillante oratoria e invitado en populares programas de televisión, da conferencias en todo el mundo y sigue produciendo libros a un ritmo vertiginoso (trece en quince años), el último de la serie Creatividad a la carta. Trabajando para empresas, se apasiona por el estudio de Thomas Edison y lo toma como modelo de liderazgo empresarial. «Leonardo fue una de las personas más creativas del mundo, pero Edison fue el primero en haber creado un enfoque sistemático del proceso de innovación», dice. Habiendo descubierto los secretos de estos dos genios, Gell continúa preparando a las empresas para pensar de manera innovadora, desarrolla la formación, trabaja junto a importantes CEO. Hoy en Turquía, mañana en India, pasado mañana en Suiza y Milán donde intervino en el Foro de la Excelencia.
Continuando con la entrevista realizada por la prestigiosa revista italiana de Gerencia, L’IMPRESA, surge la siguiente pregunta. La curiosidad es uno de los 7 principios del genio de Leonardo. En una sociedad como la actual, que nos inunda de información, ¿La gente se ve facilitada o inhibida para hacerse preguntas?
Hoy la gente es más pasiva y menos curiosa. Se contentan con consultar a Google, sin preguntarse si la información en la red es confiable, sin verificar la fuente. Esta superficialidad está a expensas de la curiosidad, la seriedad y la inteligencia.
La siguiente pregunta tiene que ver con analizar, si el Ministro de Educación Pública te pidiera reformar la escuela, imprimiendole la filosofía de «pensar como genios», ¿qué innovaciones aportarías al sistema escolar y docente?
Llegamos al mundo con una curiosidad insaciable, pero en la escuela la mayoría de nosotros hemos aprendido que las respuestas son más importantes que las preguntas. La escuela, en general, no estimula una sana curiosidad, la apreciación de la duda y la capacidad de plantear preguntas. El alumno es recompensado si da la respuesta «exacta», es decir, la que está al lado de la persona que tiene la autoridad, el maestro. El enfoque educativo que tiene como objetivo gratificar la autoridad, abolir las preguntas y hacer cumplir las reglas tal vez produzca buenos burócratas, pero no se prepara para el nuevo Renacimiento. Necesitamos cambiar el énfasis de proporcionar «la respuesta correcta» a preguntar «¿es esta la pregunta correcta?». En cambio, hoy en día se considera que quienes hacen preguntas con mucha frecuencia, padecen trastornos de hiperactividad. La escuela degenera a los estudiantes, mientras que debería regenerarlos. Si Leonardo hubiera ido a la escuela hoy, probablemente habría terminado en terapia. A veces he estado enseñando a directores, coordinadores de enseñanza, profesores y estudiantes. Y algunas escuelas incluso han adoptado los 7 principios del genio, incorporándolos en los planes de estudios escolares.
Definitivamente,para Leonardo, el conocimiento abrió las puertas de la libertad. Para las nuevas generaciones, es probable que esa puerta permanezca cerrada, extinguiendo así también el sentido crítico.
Italo Olivo
www.iolivo.com