Caminar largos tramos en horas de la madrugada, esperar bajo el inclemente sol durante mucho tiempo para ser atendidos, y en muchos casos, no comer durante este lapso, es a lo que se enfrentan los pensionados y jubilados de Barquisimeto día tras día en las diferentes entidades bancarias.
Lo que debería ser una facilidad garantizada para los abuelos barquisimetanos se convirtió en una especie de «penitencia» para aquellas personas que invirtieron gran parte de su vida trabajando por el progreso del país.
Giovanni Meléndez, jubilado barquisimetano, explicó a Elimpuls.com, que para tratar de que los atiendan en los bancos durante los días de flexibilización en la cuarentena, los abuelos toman la iniciativa de llegar a las entidades bancarias en horas de la madrugada.
A partir de las 3:00 AM comienzan a llegar los abuelos barquisimetanos a los bancos para disponer a hacer una cola, que en la mayoría de los casos, podría prolongarse hasta horas del mediodía.
«No hay transporte, hay muchas personas que tienen que venirse a pie«, comentó Meléndez, quien resaltó el peligro que significa para estas personas caminar en horas de la madrugada por distintas zonas de la ciudad.
«Algunos vienen del Tostao, de Cerrito Blanco, de La Paz, del Trompillo«, comentó.
Por otra parte, criticó el paupérrimo ingreso que perciben mediante las pensiones. Señaló que no les alcanza para nada: «Usted viene a cobrar una pensión, les dan Bs. 100.00, ¿Qué hace con eso? ¡Nada!«.
Incluso, confesó a Elimpulso.com, que, cercana de las horas del mediodía, aún no había desayunado y permanecía a la espera de que lo atendieran en el banco.