¿Cuántas vueltas al sol tendrán que pasar, para que -precisamente- el Monumento al Sol Naciente en Barquisimeto, vuelva a ser lo que alguna vez soñó y concretó el artista venezolano Carlos Cruz-Diez?
Las obras que dejó en vida Carlos Cruz-Diez se encargaron de embellecer distintos lugares de Venezuela, e incluso, el mundo. Donde las personas tenían la oportunidad de disfrutar del arte en espacios destinados al esparcimiento familiar.
Sin embargo, la realidad de la obra ubicada en el este de Barquisimeto está lejos de lo que debería ser.
Lo que predomina actualmente en el Monumento al Sol Naciente es la basura, el óxido, los desechos y el monte. Estar en ese lugar ya no significa una oportunidad para disfrutar del arte, sino, una experiencia de tristeza y desolación.
Tanto la negligencia gubernamental, como el propio vandalismo de las personas, se encargaron de ir destruyendo poco a poco, con el paso del tiempo, esta reconocida obra artística.
Los 32 paneles del monumento no transmiten belleza, sino: Desidia.
Grafitis que no tienen nada de artístico rayaron estos paneles con firmas y mensajes sin fondo. Pese a ello, las autoridades del estado no han volteado a ver esta realidad y el monumento continúa perdiéndose cada vez más.