Durante dos décadas los venezolanos hemos padecido la opresión de un régimen que atenta contra nuestra libertad y violenta nuestros derechos fundamentales. No les interesa el juego democrático ni una disidencia que les haga frente. Así censuran a quienes pensamos distinto y nos negamos a callar ante cada injusticia que cometen. Esta es la forma mediante la cual desean mantenerse por siempre en el poder. Por tanto, no es ninguna casualidad que ataquen a los partidos políticos que se oponen a su modelo.
En su afán por censurar a cada partido y persona que exprese su opinión sobre la tragedia en la cual nos han sumergido, el régimen empezó a amedrentar a ciertos sectores que durante muchos años apoyaron su modelo. Comienzan con intimidación, intervienen en sus procesos internos por medio de sentencias ilegales e inhabilitan a quienes denuncien estos actos. El régimen elimina todo lo que le haga disidencia incluyendo sus propias voces internas, al final la revolución se come a sus hijos. Una fórmula similar han aplicado durante años contra los partidos de la alianza democrática venezolana. Son expertos en destruir todas las instituciones si no están alineadas. El régimen solo exige obediencia ciega, porque solo conocen de autoritarismo, violencia, pobreza, miseria y desigualdad.
Al régimen no le conviene que los partidos políticos adversos existan, ya que cada uno de ellos funciona como un representante legítimo de un grupo de personas con ideales comunes, permitiendo el debate público de ideas, la organización y la participación de los asuntos públicos de los ciudadanos. Ellos canalizan las demandas sociales y el sentimiento democrático entre los venezolanos. Así son pilares fundamentales para lograr el cambio político que Venezuela demanda y recuperar la democracia. Además, son parte de las instituciones fundamentales que necesitará el país para su reconstrucción, gracias que facilitan la participación civil en los asuntos públicos y el debate de las medidas a implementar para solucionar los problemas de la sociedad.
Quienes se atornillan hoy al poder saben que la amplia mayoría de Venezuela cree en el apego de la Constitución, el respeto a los derechos y la libertad de todos. Quienes usan la violencia y el miedo para seguir enriqueciendo sus bolsillos, mientras el resto de la población se empobrece, están consientes que no cuentan con el apoyo ni de la Comunidad Internacional ni del pueblo. Tienen miedo de nuestras ideas y la lucha por la libertad. Aunque no lo admitan, sus ataques son medidas desesperadas para tratar de evitar lo inevitable, el retorno dela democracia al país.
Sin embargo, a pesar de todas las agresiones, discursos llenos de odio, actos ilegales que puedan cometer, los venezolanos no nos vamos a rendir. Los partidos políticos democráticos seguirán luchando contra el autoritarismo en cada espacio y escenario posible. Continuarán siendo los canalizadores de las demandas que exigen la sociedad para dar fin a los problemas que hoy nos afectan. Por eso vamos a seguir trabajando para lograr un acuerdo político que atienda la realidad nacional y permita el cambio necesario para que Venezuela sea un país donde podamos gozar de progreso social, una buena calidad de vida, sana convivencia y se respeten los derechos de todos.
Stalin González