Director: Aisling Walsh
Si usted en su Instagram stalkea (averiguar silenciosamente) otras cuentas, en 12 post seguidos encontrará un promedio de 8 que hablan de cómo tener éxito en su vida, 2 de cómo lo consiguieron, y 2 de cómo disfrutan el mismo. En todas las palabras “usted debería” es el eje central de la temática.
Maudie, basada en hechos reales, cuenta la historia del éxito de la pintora canadiense Maud Lewis, de su relación con el que se convirtió en su inseparable compañero de vida, Everett Lewis, y de cómo sus sencillas pinturas llegaron a ser vistas y reconocidas en todo el mundo. Éxito de ventas en EEUU y Canadá sin haberse movido nunca de su cabaña.
Lo atractivo del film es la vida que llevó: vivía en una casa de una habitación en un pueblo lejano de Canadá, sirvienta de un huraño pescador y sufrió de artritis reumatoide juvenil, un trastorno muy doloroso que inflama las articulaciones y acaba provocando graves deformidades. – «No soy una lisiada, solo camino diferente» – decía.
Maudie es un ejemplo de superación por lo que hace a pesar de ser tratada como una “tullida” incapaz de valerse por sí misma
Si usted ve este Biopic que tiene como protagonista a Sally Hawkins y Ethan Hawke desde los modelos de éxito de hoy, reconocerá la entereza de esta mujer. La escena en donde se entera que su hija, que creía muerta, fue vendida por su hermano y tía por pensar que ella no podría ser buena madre es para respirar.
Ahora bien, en medio de una sociedad que impone altos estándares para conseguir aceptación, y donde se vive en una competencia constante en busca del éxito, ver trabajar a Maudie con sus manos deformes y agarrotadas es, en sí mimo, un himno a la superación y amor a la belleza por encima de toda la fealdad física y moral del entorno, un entorno que según el antropólogo Diego Gogna, “cada día genera más presión individual a la idea sostenida de ver la vida como competencia y resaltar, donde los likes determinan gran parte de nuestras conductas”. Un film cálido a recomendar.
Maudie transmite una sensación potente de lo que significa hacer arte para el artista marginal. Un testamento convincente para un espíritu que se elevó por encima de cualquier circunstancia.
Fue una mujer alegre, con una especial dulzura de apariencia frágil pero mentalidad férrea, a pesar de que fue marginada y humillada por los únicos dos familiares que tenía no fue atormentada, extraña, ni rencorosa. Si usted logra stalkear sus fotos originales verá un rostro apacible y lejano de las ansias de éxito que nos venden con imágenes de cuerpos saludables, musculosos y de sensuales movimientos que esconden en sí una necesidad de ser querido y respeto por el sólo hecho de poseerlos.
No es una película perfecta, no es excepcional, pero si conmueve la forma como Maudie disfruta dibujar sus gatos, bueyes, ciervos, paisajes marinos, sus coloridos cuadros, sin importarle si van a gustar ni se culpa a sí misma si esto no ocurre.
Maudie deja de lado una de las consecuencias de buscar el éxito como única meta, perder la posibilidad de disfrutar del día a día, del viaje, con lo que hay y se es.
El film muestra cómo la pintora autodidacta dejaba fluir su imaginación llenando de colores alegres las paredes de la pequeña casa donde habitaban, que no cambian cuando va mejorando su situación económica. La cámara, además de visualizar tantos detalles, abunda en primeros planos del personaje y ensalza el coraje y la fuerza de voluntad de esta mujer de envidiable fuerza interior, de tal forma que logra robar el corazón del espectador.
Fritz Márquez
@fritzmarquez360