El papa Francisco dijo este miércoles que sería triste si la vacuna contra la COVID-19 solo beneficia a quien pueda pagarla o si su aplicación se redujese al ámbito del país propietario.
«Qué triste sería si en la vacuna se diera prioridad a los ricos o se convirtiera en propiedad de una nación”, dijo en la audiencia general de este miércoles que comenzó en agosto tras la pausa del mes de julio y que se celebra en la biblioteca del Palacio Apostólico para evitar aglomeraciones en la plaza de San Pedro.
«Los países más ricos no deberían acumular vacunas para el coronavirus y sólo deberían otorgar ayuda estatal por la pandemia a compañías que se comprometen a preservar el medio ambiente, ayudar a los más necesitados y proteger el “bien común”, añadió el papa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo el martes que cualquier país rico que acopie posibles vacunas contra la COVID-19 y excluya a otras naciones agudizará la pandemia.
Actualmente se están desarrollando más de 150 vacunas para frenar la pandemia y alrededor de una docena de las candidatas se encuentran ya en los ensayos en humanos, con algunas de ellas en las fases finales de estudio.