#OPINIÓN Del Guaire al Turbio: Lo que pasó hace 75 años #19Ago

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En el período lectivo 1944-45, cursé el 5º año de bachillerato, especialidad de Física y Matemáticas, en el Liceo de Aplicación del Instituto Pedagógico, único sitio, en todo el país, donde se podía estudiar esta mención, luego, se reunieron allí las estrellas en matemáticas de toda Venezuela, yo entre ellas, pero más bien estrellada. Por nombrar unos pocos notables de mis compañeros en esas aulas, recuerdo a Pepe Marimón, Alex Lorenz, Aníbal Martínez, Rosa Margarita La Roche, Hugo Hernández Cartens, Argenis Gamboa… El profesor de Matemáticas, Raimundo Chela, muy joven, se entusiasmó con aquel selecto grupo de astros y su curso se fue por las nubes. No empecé con pie derecho.

Ese octubre de 1944 hubo una serie Mundial de Béisbol en Caracas, más bien del Caribe. Vendían entradas en el Hipódromo, frente al liceo y cuando el profesor Chela pasaba la lista a las 2 pm,  al nombrar a varios, contestaban lo presentes: En la cola. Y hasta se les veía. Chela comentó: Aquí lo que hay es colitis aguda. No fue colitis lo que me dio a mí, sino que en uno de los juegos cayó tremendo aguacero y salí empapada del estadio San Agustín. Vino gripe con bronquitis, perdí clases y encima, un compañero, resentido social y adeco en ciernes, me jugó una mala pasada.

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El profesor Chela acostumbraba a ponernos unos cuantos problemas bien difíciles el fin de semana para que los lleváramos resueltos el lunes; pasaba un alumno a la pizarra, otro le dictaba alguno y salía la solución a vista de todos. Un lunes llegué sin haber resuelto uno.  Tampoco habían podido los compañeros a quienes pregunté. Chela me envió a la pizarra, pidió al resentido que me dictara un problema, vi su sonrisa maligna e irónica. Indudablemente yo le caía mal. El profesor me puso un cero que colgó sobre mi cuello todo el año. Salí muy bien en el primer examen semestral, pero me promedió el cero para una calificación de 10. Llegué al examen final de julio con ese promedio. Pasé bien la prueba escrita, en la oral me tranqué con los tales Determinantes, nunca los entendí ni sé para que sirven. Me rasparon por primera vez en toda mi vida estudiantil, ¡y en mi materia preferida en la cual había sacado 20 en línea el año anterior!  Tragedia ocurrida el 16 de julio de 1945, día de prueba de la bomba, desierto del Álamo Gordo, Texas. En se momento, yo era una Álamo gorda.

Reponiéndome de mi fracaso, estaba con mamá pasando unos días en una pensión de Macuto. Me despertó una mañana horrorizada: habían lanzado la víspera una boba espantosa en Japón: Hiroshima, 6 de agosto de 1945. Siguió la de Nagasaki el 9 e agosto. Franklin D. Roosevelt había muerto el 12 de abril, lo supe saliendo del estadio san Agustín, lo gritaba los pregoneros de los periódicos vespertinos. El mal trance de la decisión de lanzar la bomba atómica le tocó a Harry S. Truman. Un grande e impopular presidente, difícil tarea la de enderezar los entuertos dejados por un Roosevelt, ya gagá, en la conferencia de Yalta: le entregó media Alemania a la Unión Soviética.

En septiembre vino a hacerse cargo como candidato presidencial acordado entre Medina Angarita y Acción Democrática: Diógenes Escalante. A los pocos días de hospedado en el Hotel Ávila, se desató su locura. Precipitadamente escogió Medina otro candidato: el Dr. Ángel Biaggini, andino y civil; la a otra opción hubiera sido un militar no andino. Biaggini escribió en la dedicatoria de una foto la palabra entusiasmo con C. La publicidad del ABC de Cafenol decía: A alivia el malestar, B baja la fiebre y C cura la gripe, se transformó en el ABC de Biaggini: A de Ángel, B de Biaggini y C de entusiasmo. La candidatura se derrumbó.

18 de octubre de 1945, ¡un partido de vocación democrática se alía con militares para dar un golpe de Estado! En 5 años AD habría ganado de calle las elecciones. Ambición precipitada y tremendo error histórico, aún padecemos sus consecuencias. Y el mismo resentimiento destructivo de quien me dictó el problema aquel. El 2º decreto de la Junta de Gobierno Cívico-Militar: Lista de Peculado, en orden alfabético, la encabezaba mi padre, por Bs 137.000 de una partida de su gobierno en el estado Bolívar, 10 años antes. ¡Cuántas cosas pasaron en tan corto tiempo, 75 años ha!

Alicia Álamo Bartolomé

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