Entre el 24 de junio y el 04 de agosto de 2020, la ONG Médicos Unidos de Venezuela reportó la muerte por Covid-19 de siete especialistas en ginecología y obstetricia en el país: 4 en el estado Zulia, 2 en Distrito Capital y 1 en el estado Bolívar. Con 13%, representan la especialidad con mayor número de decesos a causa del coronavirus
Manuel Romero, de 54 años, es el primer ginecoobstetra venezolano en las estadísticas de fallecimientos por Covid-19 que lleva la ONG Médicos Unidos de Venezuela. Trabajó durante 30 años en un centro médico privado marabino. Jorge Leal, 56 años, fue coordinador de la Comisión de Vigilancia Materna del Sistema Regional de Salud del estado Zulia. Jesús Romero, de 54 años, laboraba en una clínica privada del municipio Rosario de Perijá. Ana Henríquez, 52 años, trabajó en la Unidad de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Santiago de León en Caracas por más de 20 años. Alcira Peracha, 52 años, trabajaba en la clínica Neverí en San Félix y también en el Hospital Raúl Leoni de Guaiparo. María Consuelo González, médico jubilada, falleció el 13 de julio en el Hospital de Coche. Jesús Peña Peña, de 67 años, trabajaba en el Hospital de Santa Bárbara y en una clínica privada.
De los 52 médicos fallecidos por Covid-19 en Venezuela hasta el 13 de agosto, sólo cuatro han sido incluidos por la gestión de Nicolás Maduro en la estadística oficial que lleva la Comisión Presidencial para la Prevención, Atención y Control del Coronavirus. También reportaron otros cuatro fallecidos del área de la salud (empleado administrativo, enfermería y obrero) cuyas identidades son desconocidas para los gremios a los que supuestamente pertenecieron.
“La base de datos que manejamos la procesa un equipo de médicos especialistas en Salud Pública y Epidemiología. Es un equipo que trabaja a nivel nacional y realiza revisiones de primera y segunda línea. Con relación a cuál es el criterio que seguimos para evaluar cada caso, tenemos una rigurosidad científica específica y clara: todo fallecido que entra en esa lista es posterior a una revisión exhaustiva del caso; si las circunstancias del fallecimiento no están claras, se mantiene en evaluación hasta tener precisión”, explica Jaime Lorenzo, médico especialista en Cirugía General y en Salud Pública, y es actualmente el director de Médicos Unidos de Venezuela.
Oficialmente hay 259 fallecidos por Covid-19 en Venezuela hasta el 13 de agosto de 2020. La realidad es que son muchos más los casos que no entran en la estadística oficial pues carecen de la prueba PCR que confirma la presencia del virus. Ante esa deficiencia, Lorenzo explicó que los médicos tienen varias herramientas para hacer un diagnóstico, la primera es el epidemiológico que se basa en una serie de premisas sobre el paciente sospechoso (dónde ha estado, con quién se ha reunido, etc.); luego hacen el diagnóstico clínico que tiene que ver con los signos y síntomas propios del paciente. A eso le sigue el examen físico, los exámenes de laboratorio y radiología.
“Se tiene la percepción de que hay que tener el prueba PCR para hacer el diagnóstico de la enfermedad y ciertamente ese es el requisito para que Covid-19 sea la causa de muerte en el certificado de defunción; ahora bien, también hay que decir que internacionalmente, el diagnóstico clínico y epidemiológico están por encima de las pruebas de laboratorio porque las mismas tienen la probabilidad de dar falsos negativos y positivos”, argumentó Lorenzo.
El director de Médicos Unidos de Venezuela ofrece un dato en línea con su argumentación: “Un buen número de casos [de los médicos fallecidos] dieron negativo a la primera y segunda prueba rápida, luego las pruebas post-mortem llegaron positivas. Por eso reitero, en las condiciones en las que está Venezuela deben imperar el diagnóstico epidemiológico y clínico, máxime cuando tienes deficiencias para poder comprobar la enfermedad”.
Hasta el 13 de agosto, 67 miembros del personal sanitario venezolano han sido incluidos en la base de datos de Médicos Unidos de Venezuela: 52 médicos, 11 enfermeros, 4 técnicos y administrativos. Hay 43 hombres (64%) y 24 mujeres (35%); 32 fallecidos en el estado Zulia (47%); 10 en el Distrito Capital (14%); 6 en el estado Bolívar (8%); más del 50% laboraba en el sector público y el promedio de edad es de 57 años (estos dos últimos cálculos pueden variar pues se hacen sobre la base en los datos confirmados ya que aún falta información sobre varios fallecidos).
Las 3 especialidades médicas que encabezan la lista son: Ginecología y Obstetricia (7); Traumatología (4) y Pediatría (4). Sobre la presencia de siete ginecoobstetras, lo que representa 13% de los médicos fallecidos, Lorenzo explicó que la muestra es muy pequeña para que sea un dato estadísticamente significativo, sin embargo, sí observa con atención una tendencia hacia las especialidades vinculadas a las áreas quirúrgicas. “Estos primeros análisis nos están sirviendo de alerta a nosotros y se está manejando internamente. Hacemos un llamado a todos los especialistas de las áreas quirúrgicas para que no bajen la guardia y se cuiden. Entendemos que los obstetras manejan un gran volumen de pacientes que hay que atender a horas que nadie prevé y eso aumenta su exposición”.
De acuerdo con lo datos de los médicos que trabajaron dentro del área metropolitana de la ciudad de Nueva York entre marzo y abril, los residentes de anestesiología, medicina de emergencia y oftalmología fueron los que presentaron mayor riesgo de contraer Covid-19.
A más pacientes, mayor es el riesgo de contagio
Al tratar de entender las posibles razones detrás de la prevalencia de ginecoobstetras entre los fallecidos por Covid-19 en el país, Pedro Martínez Poyer, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital de Clínicas Caracas, explicó que todo pasa por un análisis multifactorial y que el primer aspecto a considerar es el gran volumen de pacientes que atienden, lo cual los lleva a pasar más horas en sus centros de trabajo. “Venezuela tiene una gran proporción de población joven y en edad fértil. A las pacientes embarazadas siempre hay que verlas, más si existen factores de riesgo en el embarazo. Aquí no se estila la telemedicina, vemos a las pacientes de manera presencial pues carecemos de la infraestructura técnica”, explicó Martínez Poyer.
Solamente ese factor, el tiempo que pasan en sus centros de trabajo, incrementa significativamente el riesgo para el personal sanitario. Un estudio realizado en Wuhan -epicentro en China de la epidemia de coronavirus- encontró que “el riesgo de infección aumenta de forma significativa y progresiva con el número de horas trabajadas diariamente. Según el análisis de los autores, todo el personal que trabaja en departamentos de alto riesgo estaría infectado si trabajara 15 horas al día”.
Otro factor de riesgo es la exposición a pacientes que en apariencia están sanas pero que podrían ser casos asintomáticos de Covid-19. “Nosotros vemos a pacientes que por lo general son jóvenes y saludables y eso le da a los médicos cierta confianza, con lo cual disminuye el tenor de la protección que normalmente deberíamos tener tanto en las consultas como durante el trabajo de parto cuando nos exponemos a la aspersión de aire. La recomendación es que no escatimen esfuerzos en protección, en lavarse las manos a cada momento y en colocarse el equipo correctamente. Lo más prudente es considerar que todos los pacientes son Covid-19 positivos hasta que se demuestre lo contrario”, argumentó el ginecoobstetra.
La edad promedio de los médicos que suelen tener mayor una mayor demanda de pacientes también es un factor de riesgo que destaca Martínez Poyer. “Los obstetras que manejan más pacientes son los que tienen más experiencia y eso está atado a la edad; la máxima experiencia en nuestra especialidad la obtienes entre los 55 y 65 años y ya eso es un factor de riesgo para el Covid-19”, argumentó.
Como último factor que explicaría que los ginecoobstetras encabecen la lista de especialidades con más galenos fallecidos en Venezuela, Martínez Poyer mencionó la idiosincrasia del obstetra criollo. “En Venezuela, los obstetras hemos sido los médicos de la familia, nos consultan por todos los miembros de la casa y eso ha sido así de manera espontánea. Es parte de la idiosincrasia del venezolano que los obstetras se vuelvan parte de la familia, nos invitan a los bautizos y primeras comuniones, siempre ha sido así en Venezuela. Eso aumenta las oportunidades de contacto y contagio”.
Texto: Runrun.es