Cuando hace 24 meses, Nicolas Maduro prometió recuperar la economía en dos años, intentó hacer ver que se apoyaba en el petro para lograrlo, ya que de ese modo tendría una moneda con un valor superior al bolívar, que ya andaba por el suelo. Pero, la realidad ha sido otra.
La opinión es del licenciado Ananías Peraza, profesor de postgrado de economía en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) y presidente del Colegio de Contadores del estado Lara, entrevistado por
Elimpulso.com.
«En ese momento se le había fijado al petro el precio de 3.600 bolívares y Maduro dijo que el salario mínimo para los trabajadores sería de medio petro, es decir de 1.800 bolívares. Si se hubiera cumplido mantener ese valor, a medida que cambiara el petro, hoy cuando éste le ha asignado una cotización de 16 millones 376 mil 525 bolívares, ese salario tendría que ser de 8 millones 185 mil 803 bolívares. No de 400 mil bolívares. Porque
eso es lo que se reconoce como tal, ya que en el mismo no se incluye el bono de alimentación», manifestó.
«Hay que hacer hincapié en este aspecto porque en la misma ocasión llevó el IVA, de 12 por ciento al 16 por ciento, y ese impuesto lo pagan los trabajadores cada vez que adquieren cualquier producto, cuyo precio aumenta continuamente por efecto de la inflación, que tiene un ritmo acelerado sin fin», acotó.
En este sentido, dijo que «los trabajadores tienen a diario un doble castigo: un salario que no cubre sus necesidades y un IVA adicional, que le arrebata parte de su ingreso. Con su criptomoneda, Maduro pretendió entrar en el mercado internacional y tener una moneda como el dólar, el euro, el yuan o
el yen. Pero, el , fue una ilusión. En su afán por conseguir dólares, derogó los instrumentos legales que penalizaban los ilícitos cambiarios».
El especialista expresó que «dentro de su paquete de medidas, ilusamente, creo un nuevo cono monetario y le quitó cinco ceros al bolívar, creyendo que de esa manera iba a vencer la hiperinflación; pero, fue todo lo contrario. Las nuevas denominaciones fueron engullidas por el proceso inflacionario y hoy ya nadie quiere el bolívar, porque perdió todo su valor.
Otro hecho que merece destacarse es que los impuestos municipales fueron elevados al mil por ciento cuando la economía registra un estado depresivo. Y lo peor de todo fue que la producción petrolera se precipitó al vacío y la falta de gasolina así como otros derivados del crudo no solo han ocasionado colas kilométricas, sino que de la situación se han aprovechado funcionarios e individuos inescrupulosos, que encarecen más los combustibles y causan mayor daño a la escasa producción nacional».
Por último, puntualizó que «el programa económico de Maduro, que le
prepararon sus asesores, fracasó como ha fracasado el régimen en dos décadas, porque el modelo no sirve y el régimen se empeña en mantener, a pesar de la destrucción que le ha causado a la nación».
